Dos madres han sido condenadas a pagar una multa de 180 euros por haberse enzarzado en una pelea que tuvo su origen en los insultos que una de ellas dirigió a la hija de la otra. Esta última deberá pagar otros 70 euros por las lesiones que causó a su oponente.

Los hechos ocurrieron el 20 de abril de 2010. Las hijas de ambas procesadas salieron a pasear con otros niños. Una de las acusadas, al comprobar que su hija hablaba con la hija de la que sería su oponente en la reyerta, le dijo a la abuela de la menor, que también estaba en la zona, que se la llevara porque no quería que estuviera con la otra niña, a la que llamó "gorda de mierda".

Al llegar a su casa, la niñaor, que había escuchado los gritos, le contó todo a su madre, que fue a casa de la otra a pedirle explicaciones. Estas palabras de reproche originaron una riña en la que hubo golpes y agarrones.

La que había insultado a la menor propinó a la otra varios bofetones y recibió una patada de la otra. El juez considera que la pelea"fue mutuamente consentida", ya que ambas madres intercambiaron golpes e insultos.