El expolicía vigués Miguel Ángel Devesa Mera ha recuperado su libertad en Mali. El gallego, considerado cabecilla de la ruta africana de la cocaína había sido inculpado y encarcelado con un malí y un francés en el marco de la investigación sobre el Boeing 727 que en 2009 aterrizó en el desierto del Sahel, procedente de Venezuela, con un cargamento de 10 toneladas de cocaína y que, una vez retirada la droga, fue quemado por los narcotraficantes Si hace casi un año sus abogados, considerados los "mejores del país", consiguieron la suspensión de la condena de cinco años de prisión impuesta por otro tribunal del país por asesinar a un socio colombiano, ahora han logrado anular el proceso de la droga.

"Las dos personas inculpadas por el caso del avión de la droga que acabó en el desierto en 2009, están en libertad. Sus abogados han obtenido la anulación del procedimiento", se limitó a informar Ousmane Touré, funcionario del tribunal de Bamako. Las autoridades no precisaron los motivos de la nulidad al periodista de AFP que se interesó por el caso tras encontrarse a Devesa en la terraza de un café en Bamako, capital de Mali. Meses antes que el gallego y el francés Eric Vernay, piloto del Boeing siniestrado, obtuvo la libertad el malí Mohamed Hacko, director de una agencia de viajes e imputado también en la causa "Air cocaine".

Los tres hombres habían sido acusados el pasado mes de junio por tráfico internacional de cocaína. En abril, según AFP, un responsable del Ministerio de Justicia malí afirmó que "hubo presiones para obtener la libertad de los dos principales sospechosos" detenidos durante la investigación, sin especificar quién o quienes las ejercieron.

Miguel Ángel Devesa, un expolicía nacional expulsado del cuerpo tenía en Bamako una oficina de inversiones inmobiliarias. El noviembre del año pasado fue juzgado y condenado como cómplice de la muerte a tiros del ucraniano Thomas Krust, alias "Jhony", una identidad falsa bajo la que se escondía su socio, el colombiano Juan Carlos García Soto. El guardaespaldas de Devesa, el portugués Aquilino Souza Miranda, fue condenado a la misma pena €que debía cumplir en la cárcel€ como autor material de los disparos, mientras que el venezolano Gustavo Valencia que estaba con ellos en el momento del crimen fue absuelto. Unos policías los descubrieron cuando descuartizaban el cuerpo y no aceptaron el soborno de 21.000 euros que les ofreció el gallego.