Un grupo de jóvenes disfrazados que disfrutaban del Entroido de O Hío localizaron ayer en una casa abandonada de Viñó, en Cangas, el cadáver de un hombre de 46 años de edad, en avanzado estado de descomposición y que habría fallecido hace ya cuatro meses. Nada más entrar en la vivienda de tres plantas, sin rematar, se alertaron por el mal olor que había. Entraron, y localizaron el cadáver de un hombre de pelo rizado y que tenía las piernas muy negras. Uno de ellos descubrió en la tercera planta muestras de que la casa estaba siendo habitada por el fallecido. Tras avisar al 112, una patrulla de la Guardia Civil se personó de inmediato en la zona. Allí localizaron una cartera con documentación y un bote de agua inyectable cerca del cadáver, cuyo tórax estaba introducido en una arqueta. La descomposición del cadáver es tal que la Guardia Civil no puede asegurar que el muerto sea la persona que figura en la documentación encontrada y de la que hablan los vecinos (un hombre de Nerga que se cobijaba en la casa) y si su muerte fue violenta.