Alejandro Mínguez llegaba con su mujer, Isabel, a primera de la tarde de ayer al aeropuerto de Peinador. Cansada pero contenta por haber sobrevivido al naufragio del "Costa Concordia", la pareja, pese a residir en Vigo, se desplazó a Celanova para saludar y tranquilizar a su familia. El domicilio familiar era a media tarde un hervidero de parientes y medios de comunicación en busca de su versión y reflexión sobre el naufragio.

–¿Cómo resumiría lo vivido?

–Éramos cuatro mil y pico personas y la mía es una más pero nosotros tuvimos el añadido de meternos en el bote equivocado y estuvimos una hora colgados sin saber si subíamos o bajábamos, si íbamos a caer al mar o si nos iban a caer encima otros. Antes, cuando empiezan a caer los platos y los vasos al suelo [en la cena] piensas que eso no te puede estar pasando, no te lo crees y en primer momento no asimilas lo que está pasando. Luego cuando ves el barco escorado ya dices: ¡uy, ¿qué pasa?. La primera hora fue estéril porque los mensajes eran de tranqulidad y de que había un fallo eléctrico cuando realmente el barco se estaba hudiendo. Si hubiesen sido un poco más rápidos a lo mejor no hubiera pasado parte de lo que pasó.

–¿Cómo reaccionaron?

–Yo salí rápido no por temor porque en principio no piensas que se va a hundir pero es que me olió a humo y pensé que a lo mejor no nos ahogamos pero igual nos asfixiamos. Entonces, subí al camarote, nos abrigamos, cogimos los pasaportes y nos fuimos a cubierta porque mi mujer no quería estar dentro y el barco estaba ya escorado.

–¿Qué se piensa entonces?

–En un primer momento, que se solucionaba, que no era tan grave. Piensas que se corta el crucero pero que te sacarán de allí pero a medida que pasan los minutos y ves que el barco sigue escorando y luego hacia el otro lado... Ahí sí que te empiezas a poner muy nervioso y sigues escuchando por megafonía que es un fallo eléctrico y sabes que no puede ser eso... hasta que suena la alarma y buscas sitio para embarcar y no hay y ahí ya piensas otras cosas. Estábamos muy cerca de la costa pero era de noche, ves las luces del puerto al fondo pero no sabes qué calado hay, si nos vamos al fondo...Cientos de dudas.

–¿Qué opina de la detención del capitán y de su abandono del barco?

–Yo no soy juez pero hay una cosa que es evidente: alguien es responsable porque fue un accidente con una negligencia. No había ninguna inclemencia meteorológica, el barco estaba muy cerca de la costa y la excusa que a nosotros nos llega es que el capitán decía que no estaba cartografiada la roca. Eso no me sirve. Además, no íbamos a las 5 millas de la costa que decían que teníamos que ir sino a menos de una. ¿Sobre la actitud del capitán, yéndose del barco? Seguramente si se queda a bordo lo devoramos entre todos. Y ¿sobre el resto de la tripulación? Pues unos ayudaron y otros, tal vez por un sentimiento más humano, fueron los primeros en desembarcar. Lo que está claro es que estas cosas pasan pocas veces y aunque en teoría todo debía estar preparado, la verdad es que no lo estaba y la desorganización fue muy importante. Oímos que no había nadie en el puente durante el suceso. No sé, alguien tiene que ser responsable.

–En tierra ¿también?

–Tuvimos la mala suerte de llegar a una isla de 1.500 habitantes y de veraneo donde si llegan 4.500 personas de golpe es imposible. Todo estaba lleno: la iglesia, el centro de la tercera edad, el hotel... había gente en los pasillos o cuatro cinco por cama. Se repartieron algunas mantas pero no llegaron para nada. Teníamos un frío horrible y así estuvimos hasta las 8 de la mañana hasta que nos llevaron en barco hasta Santo Stefano.

–¿Y la atención de la empresa armadora ya en Roma?

–La atención por parte de Costa Cruceros no fue buena. Supongo que estábamos hipersaturados y no voy a hacer leña de eso. Solo decir que fue una desorganización total y en nuestro caso los que resolvieron la papeleta y lo digo porque fue así fueron los de El Corte Inglés, donde nosotros compramos el billete, que mandaron a tres personas al hotel, lo facilitaron todo para la vuelta y nos acompañaron hasta al aeropuerto, cosa que no se puede decir de Costa Cruceros. En general. diría que fue desorganización.

–Se confirma que constituirán una plataforma para exigir responsabilidades?

–En nuestro hotel al menos, donde había gente de varios puntos de España, decidimos poner una reclamación individual primero y después una colectiva y ya nos pasamos todos los datos personales de cada uno para estar en contacto.