Sorpresa e incredulidad. Una cuadrilla del Grumir de Bueu realizó ayer un sorprendente y macabro hallazgo mientras desbrozaba el entorno del lavadero de Cividade: un cráneo humano. Los restos se hallaban en una zona cubierta por la maleza.

Mario Piñeiro fue quien se percató de la presencia del cráneo Gonzalo Núñez

Un equipo de la Policía Judicial del cuartel de la Guardia Civil de Cangas se encargó de recoger los restos y de enviarlos al Instituto Anatómico Forense de Pontevedra, que los analizará para determinar si procede seguir investigando. A primera vista no era posible establecer la antigüedad del cráneo, pero todo indica que tiene varios años y no conservaba ningún resto orgánico. Por su tamaño se puede inferir que pertenecía a una persona joven o de baja estatura y en una primera inspección no detectaron signos de violencia.

El equipo de la Policía Judicial y la Policía Local examinando la zona. Gonzalo Núñez

Los trabajadores del Grumir comenzaron a trabajar en el entorno del lavadero de Cividade poco antes de las diez de la mañana y explicaron que el cráneo se hallaba cerca de la base de un muro de piedra que delimita el terreno público de una finca de carácter privado. En un primer momento no se percataron de su presencia y creyeron que se trataba de otro objeto. "Nosotros estábamos limpiando y desbrozando y cuando apareció no le hicimos caso porque en realidad parecía un calacú [un tipo de calabaza] y seguimos a lo nuestro. Pero a eso de las doce y media cuando empecé a recoger la broza para meterla en un saco lo cogí con la mano y me di cuenta de que parecía un cráneo humano", explica el joven Mario Piñeiro, el operario del Grumir que descubrió los restos. "Al principio me asusté un poco y casi no me lo creía", reconoce. Él y sus compañeros avisaron de inmediato a la Policía Local y al concejal de Servizos, Fidel Castro., que a su vez avisaron a la Guardia Civil.

El Grumir estaba limpiando en el entorno del lavadero de Cividad. Gonzalo Núñez

Hasta el lugar se desplazó un equipo de la Policía Judicial del cuartel de Cangas, que realizó una inspección de la zona sin hallar otros restos y que enviará el hallazgo a Pontevedra. La gran incógnita es saber cómo el cráneo humano pudo llegar hasta un lugar tan apartado como Cividade, cerca del núcleo de A Graña, porque en las inmediaciones no hay ningún cementerio ni antiguos enterramientos. La primera hipótesis que se maneja es que los restos fuesen desenterrados de alguna antigua tumba o que fuesen llevados "accidentalmente" hasta la zona por algún animal.