El contratista que trabajaba en la obra en la que desapareció el empresario ourensano Guillermo Collarte el 5 de octubre de 1999 se encuentra en paradero desconocido. La tercera sesión del juicio por la desaparición del industrial mientras visitaba esa construcción en Valença do Minho (Portugal) reveló ayer que el contratista Matos está ilocalizable. Su hijo, Joao Paulo Pinheiro Matos, así lo declaró en la sala, cuando el juez le preguntó de forma directa dónde estaba su progenitor.

Matos trabajaba para la sociedad del grupo y era uno de los asistentes a la reunión a la que fue citado Collarte en la ciudad fronteriza el día en que desapareció. Aquella mañana este contratista percibió dinero por una certificación de obra. El nombre de Matos figura en una lista como uno de los supuestos responsables de la desaparición del industrial. Se trata de un papel que mostró a Berta Collarte uno de los cuatro acusados, Vítor M. Días, que cuenta con antecedentes por atraco a bancos. El hombre se lo enseñó a través del cristal del locutorio de la prisión a la que ella fue a verle, como la mujer volvió a recordar ayer al finalizar la vista. Los otros dos nombres escritos en esa lista son los de José Lópes Rodrígues –gestor de la empresa de Collarte en Portugal y ex concejal de Valença– y Luis Sánchez Lavandeira –ex socio de Collarte–. Estos dos últimos, junto a Gerardo Torres Abalo –también socio– y Vítor M. Días se sientan en el banquillo como acusados en este proceso.

Joao Paulo Pinheiro Matos , hijo del contratista ahora en paradero desconocido, explicó en su declaración que "nosotros hacíamos el edificio en el solar del antiguo mercado". El 5 de octubre de 1999 había trabajadores en la obra. "Mi padre tenía una reunión con Torres Abalo, Lavandeira y José Lópes. Todos los meses había una, con mediciones. Ese día mi padre y yo fuimos a almorzar y él recibió una llamada, no sé de quién, porque su coche estaba delante de la obra de Valença –lugar donde desapareció el empresario–", señaló.

Hijo

Por su parte, Luis Collarte, arquitecto e hijo pequeño del industrial desaparecido, relató que aquel 5 de octubre de 1999 estaba en Madrid y, al tener noticias por teléfono de lo ocurrido, viajó a Galicia para presentar denuncias ante la GNR de Valença y la Guardia Civil de Tui. "Las informaciones que tuve eran las que nos dieron Lópes y Torres Abalo", dijo. Sabía que su padre tenía una reunión en Valença para una posible venta de locales comerciales y otra por una reclamación de lindes por el dueño de un solar de al lado. "Decía que nosotros le invadíamos el terreno", explicó ante el juez.

El hijo de Collarte afirmó que cuando se hizo la reconstrucción de los hechos se vio que era imposible que hubiese lindes a discutir. Añadió que Lópes estuvo de acuerdo, al mostrarle él la certificación registral, por lo que, añadió, no hizo falta hablar con el comerciante que había reclamado.

Además, Luis Collarte afirmó que Lópes le explicó lo que hicieron el día de la desaparición de su padre. Así, señaló que el ex edil le contó que su padre y él abandonaron la reunión para ir a la obra, lugar donde el gestor dejó solo el empresario para ir a buscar unos planos. Desde donde tenía el coche Lópes era posible ver el lugar donde estaba Collarte, añadió su hijo. Tras desaparecer su padre, la familia quiso deshacerse cuanto antes de las sociedades, perdiendo dinero. "Nuestro objetivo fue escapar de este país [Portugal] del que mi padre estaba enamorado, pero que a nosotros nos trae malos recuerdos. Porque lo que pasó, fue aquí", concluyó.