Un asesinato resuelto. El campo de la feria de Lalín fue escenario, en la mañana de ayer, de un espectacular dispositivo policial que se saldó con la detención de una pareja formada por una madre y su hijo, ambos de etnia gitana, y considerados muy peligrosos por las fuerzas de seguridad, implicados en el asesinato del taxista de 60 años Ángel Sánchez Anaya, en la madrugada del pasado 27 de abril, en el barrio de Chamberí de Salamanca. El joven sería el autor material de los disparos que alcanzaron al taxista y la mujer está acusada de encubrimiento.

El arresto tuvo lugar en torno al mediodía, y en él participaron ocho agentes de la Policía Judicial de la Comisaría de Salamanca y seis de la Guardia Civil de Lalín. Durante la detención, dos agentes salmantinos resultaron heridos leves durante el forcejeo con el joven M.G.B., de 21 años, que opuso gran resistencia. Mientras, su madre, C.B.A., de 47 años, arengaba al numeroso público presente en la feria con el objetivo de organizar un tumulto. Los dos arrestados residen habitualmente en Bertamiráns, en la localidad coruñesa de Ames, y se dedican a la venta ambulante con una furgoneta por diferentes puntos de dentro y fuera de Galicia.

Madre e hijo fueron trasladados al cuartel de la Guardia Civil de Lalín, donde se les leyeron los derechos, y después a la Comisaría de Santiago, donde permanecían anoche a la espera de ser llevados a Salamanca, donde prestarán declaración antes del viernes.

El asesinato de Ángel Sánchez se produjo sobre la una de la madrugada del 27 de abril tras ser tiroteado desde otro vehículo por varias personas que, según el subdelegado del Gobierno en Salamanca, Jesús Málaga, pretendían atentar contra el cliente que transportaba, un hombre de origen salmantino que tiene antecedentes penales por tráfico de drogas.

Las investigaciones apuntan a un posible ajuste de cuentas como móvil de los disparos en las inmediaciones del cruce de la avenida Lasalle y la calle Mayor de Chamberí, uno de los lugares más problemáticos de la capital charra. El malogrado taxista tenía un disparo en la cabeza que no le provocó la muerte instantánea, por lo que tuvo que ser trasladado al Hospital Virgen de la Vega, donde falleció a las 3.10 horas de la madrugada del mismo martes.

Desde un principio, las investigaciones apuntaron a que el suceso pudo desencadenarse por un ajuste de cuentas con el cliente del taxista y que los supuestos autores del crimen habían sido contratados como sicarios.

Las pesquisas policiales trataron de buscar el vehículo en el que viajaban dos hombres, uno de ellos el que disparó contra el taxista y que podría tratarse del joven detenido ayer durante la espectacular operación policial en Lalín. A los pocos meses del crimen, la Policía localizó el vehículo, un Audi de gran cilindrada, en Galicia, aunque estas averiguaciones se llevaron a cabo con total mutismo para evitar la publicidad y que pudiera interferir en la investigación.