La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Lalín (Pontevedra) ha decretado prisión sin fianza para José Mouriño, el padre de la joven que murió el viernes en un incendio en su casa en el que también falleció un anciano, según informaron a Efe fuentes próximas a la investigación.

Carmen Reboredo, esposa de José Mouriño, también está detenida cautelarmente y se encuentra ingresada en la Unidad de Psiquiatría de un centro hospitalario de Santiago.

El fiscal Alejandro Pazos ha imputado a José Mouriño un delito de asesinato con agravante por parentesco, un delito de incendio con grave riesgo para la integridad de las personas, y un posible delito de homicidio doloso o imprudente por el trabajador muerto, según dijo hoy él mismo a los periodistas.

Aunque las circunstancias no están claras, la principal hipótesis de la investigación apunta a que los padres de Sonia, acuciados por las deudas económicas, habrían prendido fuego a la vivienda y posteriormente habrían planificado suicidarse escondiéndose en la fosa séptica del establo anexo a la vivienda.

Según el fiscal , el padre de la joven fallecida no se confesó autor de los hechos ante la jueza y ha explicado que, según relató, entró en la casa cuando ya había humo y se encontró a su hija muerta en una habitación.

Después, según declaró el imputado a la jueza, acudió a la fosa séptica en la que su esposa se había ocultado con intención de suicidarse para sacarla de allí. Sin embargo, se cayó y no pudo salir, indicó.

Según el fiscal, el imputado "desplaza la responsabilidad a la mujer", por lo que "no se siente responsable" de lo ocurrido.

En opinión del fiscal, "ambos (los padres) son coautores porque tenían un plan".

En el incendio, que se produjo el pasado viernes en la casa de este matrimonio en la parroquia de Barcia, en Lalín (Pontevedra), falleció su hija Sonia, que presentaba un golpe en la cabeza, y un octogenario ex trabajador de la explotación agraria familiar y que vivía con ellos.

Además, la abuela y un tío de la joven fueron rescatadas con vida pese a resultar intoxicados por inhalación de humo.

Los inculpados, José Mouriño y Carmen Reboredo, que habían sido dado por desaparecidos y se trataba de localizar sus cuerpos entre los escombros de la casa incendiada, fueron hallados por un agente de la Guardia Civil que les oyó hablar cuando, tras mas de 6 horas de iniciado el incendio, se ocultaban en la fosa séptica.