El ataque de una manada de lobos en la madrugada del sábado acabó con la vida de doce ovejas y dejó a otras tres heridas que se encontraban en una finca del barrio de Sequeiros, en Pazos de Borbén.

La propietaria del rebaño, María Teresa Peleteiro, fue la que se encontró con la desagradable escena cuando acudió por la mañana a recoger a los animales. "De lejos se veía a todas tumbadas y me pareció raro, pero cuando me acerqué a una llena de sangre y con las tripas al aire me llevé un susto tremendo. Volví corriendo a casa a contar a mi marido lo que había sucedido y llamamos a la Guardia Civil", explica María Teresa.

Una patrulla del instituto armado se desplazó hasta el lugar para levantar acta del ataque y se avisó a la Consellería de Medio Ambiente para que se hiciera cargo de las reses muertas. "Los propios agentes se sorprendieron al ver la escabechina. Nunca se vio nada igual por esta zona, tuvo que ser una manada de cuatro o cinco lobos como mínimo, porque no es fácil que acaben con doce ovejas", apunta Antonio Pérez, el marido de María Teresa.

Los ganaderos afectados aseguran que la finca se encontraba vallada y temen que los lobos puedan acercarse a las casas. "Si no encuentran presas fáciles igual pueden llegar a atacar a una persona", advierte María Teresa.

Los animales muertos esperaban ayer a su retirada por parte de Medio Ambiente sobre el remolque de un tractor bajo un galpón al aire. "Como el ataque ocurrió en el fin de semana nos dicen que hasta el lunes por la mañana no pasarían a recogerlas. Espero que no se retrasen porque dentro de poco el olor será insoportable", indica Antonio. Ahora confían en que las subvenciones de Medio Ambiente para prevenir los daños que causa el depredador les compense las pérdidas.