La interrupción de las comunicaciones a causa del temporal en Madeira llenó de angustia durante tres días a una familia de Vigo. El ciudadano portugués Luis Miguel Carvalho de Oliveira, que reside en A Madroa, y sus parientes en la ciudad olívica y Gondomar,vivieron con el corazón en un puño hasta que ayer, felizmente, recibieron noticias de su hermana Silvia, que estaba incomunicada en la isla.

“A través de la Cruz Roja de Portugal, informaron a nuestra familia que Silvia se encuentra bien, en su piso en Ponta do Sol, aunque la situación allí es horrible” tras las lluvias torrenciales, comentaba Miguel anoche.

Según cuenta, “apenas a dos kilómetros de su casa, se derrumbó un puente y murieron tres personas”. Desde el pasado jueves, conforme las noticias desde Madeira se tornaban más preocupantes, crecía la angustia entre los familiares de Silvia en Galicia. “Llamábamos constantemente a su teléfono, pero o no nos daba señal o nadie atendía”, explica Miguel, que ante la desesperación tomó rumbo a la casa familiar en Monte Alegre (Portugal), no sin antes dar constancia en organismos oficiales y medios de comunicación de la supuesta desaparición de su hermana.

Ayer por la mañana, la familia de Silvia recibía una llamada de la Cruz Roja lusa confirmando que estaba localizada y en buen estado. Unas horas más tarde ya pudieron hablar con ella, que les tranquilizó pese la catástrofe en Madeira.

Alivio

Miguel, de 32 años y con dos hijos en Vigo, respira aliviado junto a los suyos tras pasar tal vez las peores horas de su vida. Ya relajado, comenta que su hermana Silvia, de 26 años, trabaja como profesora desde hace “seis o siete” en Ponta do Sol, “donde tiene a su novio”.

Ahora espera el reencuentro físico con todos los familiares, como el que suelen tener cada Navidad al lado de su padre en Portugal. “Ahora estoy feliz”, dice en su casa de A Madroa.