Tania Suárez / A Coruña

Un hombre de unos 50 años, José Martínez Hilario, fue asesinado ayer en plena calle en el barrio coruñés de Monelos. La Policía Nacional detuvo al presunto asesino, Marcos Graña, instantes después del crimen. El imputado, que no opuso resistencia, fue arrestado en casa de su madre, donde se refugió tras disparar a bocajarro con una escopeta a José Martínez, que vivía con su pareja en el barrio de las Flores y trabajaba como vigilante de seguridad en una de las oficinas de Caixa Galicia. "Lo tenía que matar", exclamó el arrestado cuando fue esposado. La Policía Judicial investiga las causas de la muerte, pero todo apunta a un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas.

El crimen ocurrió a las 14 horas en la calle Camiño da Igrexa. El acusado y la víctima no residían en el barrio, pero se criaron en él y fueron vecinos durante años. José Martínez vivía en el cuarto piso del inmueble situado en la calle paralela a donde fue asesinado y Marcos Graña, en el primero. De hecho, el hombre que falleció se dirigía a ese edificio para limpiar la casa de sus padres, que está deshabitada porque fallecieron, y el sospechoso se refugió en él tras cometer el crimen.

Iglesia

El acusado, según algunos vecinos, había estado consumiendo alcohol en su vehículo, que estaba estacionado cerca de la iglesia de Oza desde primera hora de la mañana. "Cuando bajé de casa a las ocho vi a Marcos dentro de su coche bebiendo con la música muy alta y cuando regresé, sobre la una, seguía allí", relató una de las residentes en el barrio. El imputado, que estaba en compañía de otra persona, arrancó el turismo al ver pasar a la víctima, lo paró a su altura, se bajó y, sin mediar palabra, le propinó dos tiros en el pecho. Aunque un testigo trató de taponarle las heridas de las balas con una toalla, el hombre falleció a los pocos minutos de recibir los disparos. La Cruz Roja y una ambulancia del 061 se trasladaron al lugar de los hechos, pero no pudieron hacer nada por salvar la vida de la víctima.

Los agentes detuvieron enseguida al presunto homicida, ya que fue identificado por diversos testigos, que lo conocían porque se crió en el barrio y lo frecuentaba habitualmente. La Policía Nacional llegó a alertar a la Guardia Civil para que desplegase un dispositivo para localizar el coche de Marcos Graña, pero los agentes que se desplazaron a Monelos localizaron el turismo en la puerta de la casa de la madre del imputado, que fue arrestado en la vivienda. Familiares y amigos de la víctima acudieron al lugar. Un joven vecino intentó ayudar al fallecido sin éxito: "Estaba vivo y le puse una toalla para tapar las heridas, pero se murió en mis manos".