La Audiencia de Barcelona ha condenado a 144 años y 7 meses de prisión a Remedios Sánchez Sánchez, conocida como "la Reme", la gallega que asesinó y robó a tres ancianas e intentó matar a otras cinco en la Ciudad Condal en 2006. Esta mujer de 50 años, natural del municipio coruñés de Boimorto, deberá pagar indemnizaciones que oscilan entre 19.000 y 120.000 euros a los familiares de las fallecidas y a las víctimas que sobrevivieron, lo que suma más de 442.000 euros. La sala sólo la absuelve de un delito de asesinato en grado de tentativa cuya autoría no se considera probada.

Los hechos ocurrieron entre el 10 de junio y el 3 de julio del año 2006 en Barcelona, cuando en menos de un mes Remedios cometió todos sus ataques, que fueron "especialmente violentos y contra ancianas que no podían defenderse", y a las que intentaba asfixiar o estrangular con prendas. La Sección Séptima la condena por tres delitos de asesinato, otros cinco en grado de tentativa, siete de robo con violencia y uno de hurto. Pese a la alta condena, no podrá cumplir más de 25 años según el Código Penal.

El tribunal indica que estos delitos merecen "una gran repulsa social" porque "todas las víctimas eran ancianas, especialmente vulnerables, por las limitaciones físicas y psíquicas propias de su edad" -una de 96 años-, razón por la que fueron elegidas por Sánchez, que "aprovechó la bondad e ingenuidad de las mismas para acceder a sus domicilios y realizar los hechos".

La sala entiende que "asumió conscientemente que podía causar la muerte de las tres ancianas, con los agresivos ataques que desarrolló", y que "conocía el peligro concreto que creó con su conducta para la vida de las víctimas, a pesar de lo cual ejecutó la acción, aceptando la producción del resultado".

La Audiencia responsabiliza a "la Reme" basándose en las abundantes pruebas presentadas contra ella, como el reconocimiento de testigos y los objetos y joyas robadas halladas en su poder. Considera los hechos asesinato o tentativa de asesinato al apreciar que la acusada "buscó deliberadamente a sus víctimas y planeo sus agresiones con el fin de eliminar cualquier defensa y asegurar la ejecución de su propósito", lo que supone la circunstancia agravante de alevosía.

Ludopatía

La sentencia descarta que sufra enfermedad mental o trastorno de la personalidad, en base a los peritos. Ni siquiera contempla la ludopatía, pese a que la procesada, tras algunos crímenes, fue a gastarse el dinero en bingos o salas de juego. Lo único que apreciaron los peritos fueron "rasgos de su personalidad negativos, como dureza emocional, impulsividad y dificultad para asumir su responsabilidad", que no pueden considerarse un trastorno de la personalidad.

Remedios intentó en el juicio dirigir las sospechas de los crímenes hacia una supuesta inquilina suya llamada "Mari", una versión que el tribunal considera "inverosímil y que ha sido desmontada" en la vista.