Uno de cada tres estudiantes en España ya elige la FP, que gana peso como vía de ascensor social

Los jóvenes han sido los encargados de enterrar los prejuicios hacia la Formación Profesional (FP) que aún arrastran gran parte de sus mayores. El futuro -y el presente- son ellos y, a juzgar por los números, lo tienen claro: se acabó el tiempo en el que la FP era la hermana pobre de la educación. La tendencia de los principales indicadores del último año confirma que la FP sigue mejorando en prestigio y aceptación: es elegida por uno de cada tres estudiantes de enseñanza posobligatoria en España, y representa ya la modalidad educativa con mayor tasa de crecimiento en alumnado matriculado, que se refleja también en indicadores del mercado de trabajo, en el que un tercio de las ofertas laborales demandan perfiles de FP, o en la mayor tasa de empleabilidad en comparación con otros niveles educativos, como educación obligatoria o bachillerato.

La Formación Profesional se consolida como vía de integración y de ascensor social para los colectivos con contextos más adversos

Estas son algunas de las principales conclusiones del 'Informe 2023: la Formación Profesional ante los retos sociales' dirigido por los investigadores Mónica Moso Díez y Juan Pablo Gamboa Navarro y presentado este jueves en Barcelona por el Observatorio de la Formación Profesional en España de CaixaBank Dualiza, en colaboración con el Instituto Vasco de Competitividad Orkestra.

Los jóvenes entierran los prejuicios sobre estos estudios que aún arrastran las generaciones anteriores

Bachillerato menguante

El informe confirma que el alumnado de FP es el que mayor crecimiento muestra en el conjunto del sistema educativo español en el curso 21-22 (4,4%), así como en los datos provisionales del curso 22-23 (4,7%), muy por encima de las enseñanzas de grado universitario (1,5%) y del decrecimiento del bachillerato (–0,4%).

Los directores de la investigación ponen énfasis en otra cuestión: la FP cuenta con un mayor peso de "colectivos potencialmente vulnerables", como personas con discapacidad o de origen extranjero, en comparación con el bachillerato y el grado universitario. "Desde una perspectiva de la inclusión social, el sistema de FP ofrece unos beneficios propios, ya que provee formatos ágiles y escalables, y facilitan el acceso a múltiples vías de participación educativa y formativa desde la flexibilidad, la modularidad y un carácter acumulativo", apuntan los directores del estudio, convencidos de la función de la FP como puerta de entrada al ascensor social para los colectivos con contextos más adversos.

Subrayan que el peso de la población de origen migrante en España seguirá aumentando hasta casi el 24% en 2033 y que la FP se sitúa como "herramienta indispensable para su integración laboral". Hoy por hoy la FP es ya la enseñanza postobligatoria que cuenta con mayor peso de alumnado de origen migrante (8,3%) frente al 6,7% del bachillerato y el 6% de la universidad. El reto urgente, insisten tanto Moso como Gamboa, es que no solo inicien la FP, sino que la terminen, y que puedan seguir estudiando y ascender. Ahí hay todavía un gran camino a recorrer, ya que los datos también confirman que a mayor nivel educativo de FP, menor presencia de la mayoría de los colectivos potencialmente vulnerables a la exclusión social.

La FP es ya la enseñanza posobligatoria que cuenta con mayor peso de alumnado de origen migrante, que se decanta por profesiones STEM

Además, al menos un tercio de todos los estudiantes extranjeros de FP optan por familias profesionales STEM, de ciencia y tecnología, aquellas que más personal demandan y donde más opciones de empleo y desarrollo profesional pueden encontrarse, factores estos que favorecen el ascensor social.

Brecha de inclusión

Existe, así, lo que el estudio denomina una brecha de inclusión dentro del itinerario 'intra-FP', ya que la presencia de la mayoría de los colectivos analizados con mayor vulnerabilidad se concentra en la FP Básica y en el grado medio, mientras que tienen una escasa presencia en el grado superior.

Los estudiantes de origen extranjero duplican su proporción en la FP Básica (15,9%). Los estudiantes con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE) quintuplican su proporción en la FP Básica (15,6%) respecto al grado medio (4,7%) y la multiplican más de 10 veces en el caso del grado superior (1,4%). 

En el otro lado de la balanza, la parte positiva, las cifras de abandono escolar temprano han disminuido de forma muy importante en los últimos años, precisamente en paralelo al crecimiento de la FP básica y de grado medio. Pese a esa evidente mejora, las cifras españolas de abandono siguen muy por encima de las europeas. Mientras la media europea de abandono escolar temprano (entre los 18 y los 24 años) está en el 9,6%, en España está en el 14% (en el 27,1% entre personas de origen extranjero).

Además de reducir ese abandono y de servir como palanca para una 'acogida real' de la población migrante en España, para lo que sería importante aumentar el número de becas, el estudio presentado este jueves sobre los retos de la FP apunta otra cuestión clara: la necesidad de hacer frente de forma urgente a la brecha de género.

Ellas siguen cuidando

En los grados medios, el 82% de las mujeres se concentran en cuatro familias profesionales, todas muy orientadas a los servicios y los cuidados. Para revertir esa situación, los directores del estudio tienen claro el camino: orientación, orientación y orientación. Orientación temprana, ya en primaria, y orientación a las familias.

Siguiendo con la perspectiva de género, Moso y Gamboa subrayan el carácter heterogéneo de la brecha de género, ya que se encuentran realidades muy diferentes. Sin embargo, destacan, en el marco de la FP existe una considerable brecha de género que se asocia más a la opción formativa que a su proporción cuantitativa, brecha que ha ido aumentando a lo largo de los años.

Solo una de cada diez estudiantes de FP de las familias STEM son mujeres, a pesar de que estas familias tienen mejores salidas profesionales

Un ejemplo de ello es la infrarrepresentación de las mujeres en las familias profesionales más tecnológicas y especializadas (industriales y STEM), donde solo una de cada diez estudiantes son mujeres, a pesar de que estas familias tienen mejores salidas profesionales y de mayor calidad en el corto, medio y largo plazo.

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