Discriminación

Las mujeres conquistan la ambulancia (a pesar del menosprecio machista)

Los prejuicios y sesgos de género impactan en el trabajo de las técnicas de emergencias sanitarias

La técnica de emergencias Cristina Feital.

La técnica de emergencias Cristina Feital. / IMAGEN CEDIDA POR RAQUEL APARICIO A EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Violeta Molina Gallardo

Cuando Raquel Aparicio sacó su plaza de técnica de emergencias sanitarias en Madrid, en 2001, apenas había mujeres que se dedicaran a esta profesión, un espacio absolutamente masculino. Dos décadas después, las técnicas ya superan el 35% y se ha alcanzado la paridad en la formación, aunque aún tienen que lidiar con estereotipos, sesgos de género y ninguneos machistas: que si conducen peor la ambulancia, que si no van a ser capaces de mover una camilla, que si no van a tener aguante en una reanimación cardiopulmonar, que si no pueden bajar solas una silla de ruedas por una escalera...

Aparicio, hoy coordinadora en Samur Protección Civil de Madrid y madre de una futura técnica de emergencias en formación, acaba de hacer pública una investigación para conocer cómo el género dificulta la actividad de estas profesionales: "Me sorprendió mucho descubrir que se trabaja con una percepción de machismo y menosprecio profesional, principalmente referidas a nuestra fuerza física y nuestra habilidad en la conducción".

El hombre como autoridad

Una técnica de emergencias sanitarias presta atención básica en el ámbito prehospitalario, apoyo a soporte vital avanzado en pacientes graves y traslado del paciente. "Conducimos la ambulancia y atendemos al paciente", ilustra Aparicio.

Los compañeros de trabajo, los pacientes, los familiares de los pacientes, los ejecutivos de las compañías que contratan a profesionales de las emergencias... El sesgo procede de muchos frentes, pero todos comparten que es el varón el que ostenta la autoridad profesional.

"Creo que está normalizado que nuestra profesionalidad sea puesta en tela de juicio, pero no se puede normalizar, hay que visibilizarlo. No sólo se sufren discriminaciones durante el trabajo, tenemos que estar toda la jornada demostrando que vales para ello y eso es agotador. Muchas dejan de trabajar en esto", denuncia Aparicio en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica.

La técnica de emergencias Raquel Aparicio ha impulsado una investigación sobre los sesgos de género que afectan a las mujeres en el desempeño de su profesión.

La técnica de emergencias Raquel Aparicio ha impulsado una investigación sobre los sesgos de género que afectan a las mujeres en el desempeño de su profesión. / Imagen cedida por Raquel Aparicio a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Menosprecio machista

Aparicio ha presentado los resultados de su estudio (elaborado junto a su compañero Iván Rodríguez) en el 33 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias, celebrado en Madrid y elaborado a partir de encuestas a 234 técnicas de emergencias sanitarias. Las profesionales tenían entre 21 y 60 años y un 54,3% trabajaba en la empresa privada y el 45,7% en servicios públicos.

Tres de cada cuatro entrevistadas reconoce que ha sufrido algún episodio de menosprecio profesional por ser mujer de los pacientes (72,2%), de los familiares de estos (56,8%) y de sus propios compañeros (37%).

Sandra (nombre ficticio) es técnica de emergencias sanitarias en Castilla y León desde hace cuatro años y confirma esta realidad en conversación con este periódico. "A nivel de compañeros, se nota que no nos tratan igual a nosotras, nos infravaloran. No sé si lo hacen a mal, pero enseguida piensan que no vas a poder y lo hacen ellos. No puedo cuando dicen de nosotras que somos muy poquita cosa. No hace falta que lo hagas, ya puedo yo, no necesito que me ayude nadie", subraya.

Seis de cada diez entrevistadas reconoció que sus compañeros de ambulancia les sugirieron en alguna ocasión que se encargara de atender al paciente y rellenar el papeleo, que ya se encargaban ellos de la conducción.

Discriminaciones silenciadas

Sandra señala que cuando ella comenzó a trabajar de técnica, a las mujeres de su comunidad autónoma no se les ofrecía la posibilidad de conducir las ambulancias, algo que empieza a cambiar. "En esta y otras profesiones, va cambiando la percepción y la forma de pensar de la gente. Aquí antes las chicas pensaban que no iban a estudiar para ser técnicas porque creían que era un trabajo de hombres, igual que peluquería o enfermería se asociaba a las mujeres, pero los estándares van cambiando. No hay profesiones de hombres ni de mujeres, eso hace que más mujeres estudien para emergencias. Antes, aunque lo estudiaran, nadie contrataba a las chicas", destaca.

En la investigación de Aparicio (auspiciada por mUEjeres, la iniciativa de SEMES para la visibilización de las profesionales de urgencias y emergencias), el 61,8% de las técnicas declara que existe machismo en esta profesión, al 63,4% le se le ha dicho en alguna ocasión que su profesión debe ser ejercida por hombres.

El 30% denuncia que su puesto de trabajo no se ha adaptado al embarazo y la lactancia (por lo que tuvieron que darse de baja al quedarse embarazadas e interrumpir la lactancia materna para incorporarse), otro 30% reconoce que ha retrasado o abandonado la idea de tener hijos por el miedo a que la decisión las penalizara en el ámbito laboral.

Más del 35% afirma que no tienen las mismas posibilidades de promoción que sus colegas varones y un 12,9% habla de brecha salarial de género que, explica Aparicio, se debe a que a ellos se les encargan más traslados urgentes (que están mejor remunerados) que programados, que recaen en ellas.

Llama la atención la coordinadora de emergencias sobre el hecho de que una inmensa mayoría no ha denunciado estas situaciones discriminatorias, más del 95% optó por no alzar la voz ante la injusticia. Las razones: la normalización de estas conductas a las que no se les da importancia, no querer tener problemas con sus compañeros, el temor a represalias (ser rechazada o apartada por sus superiores, que no le renueven el contrato...).

La técnica de emergencias Celia Sánchez conduciendo una ambulancia.

La técnica de emergencias Celia Sánchez conduciendo una ambulancia. / Imagen cedida por Raquel Aparicio a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Históricamente ha sido una profesión absolutamente masculinizada. En 1990 sólo el 1% de los técnicos de emergencias sanitarias eran mujeres. Hoy la cifra ha escalado hasta el 36%. Aparicio fue, durante muchos años, la única mujer de su equipo. Cuando se presentó a la oposición, sólo había cuatro candidatas mujeres frente a más de doscientos hombres.

"Las profesiones sanitarias se están feminizando, también la nuestra. Antiguamente se llamaba camilleros a quienes la ejercían, porque lo único que hacían era coger al paciente, meterlo en la unidad y trasladarlo, pero ahora hacemos cuidado y asistencia sanitaria", matiza la experta. Ahora, las alumnas de la Formación Profesional para técnico de emergencias son más que los chicos: "En un breve periodo de tiempo habrá muchas chicas que se dediquen a esta profesión, por eso era importante ilustrar cómo ha sido la integración de la mujer a un entorno con una mayoría aplastante de hombres". Y así derribar los estereotipos y discriminaciones que siguen vivas.