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jorge lens | Fotógrafo vigués, ganador del Premio Internacional de Fotografía Riba-Roja

Jorge Lens, Premio Internacional de Fotografía Riba-roja: “Puedes recorrer el mundo pero al final te atrapa el paisaje a cien metros de casa”

“La fotografía es un estilo de vida y una válvula de escape”, destaca el profesor y artista gallego

Jorge Lens. | FOTO: JORGE LENS

Bajo el título “Jardín olvidado”, el fotógrafo vigués Jorge Lens logró el primer Premio Internacional de Fotografía Riba-roja, dotado con 5.000 euros y al que se presentaron un millar de imágenes de todo el mundo. Profesor en la Universidade de Vigo, venció en un certamen organizado por el Ayuntamiento de Riba-Roja, la Generalitat, el Institut Superior d’Ensenyances Artistiques, y la revista Makma. Lens también ha impulsado el proyecto de cartelismo y documentación de rótulos antiguos y ahora uno nuevo que une las capitales de Centroamérica. La exposición City Blues, de fotos de ciudades europeas lo llevó allí, donde aprovechó para fotografiar zonas urbanas lejos de la imagen de postal turística. Con ellas, el artista gallego intenta organizar una gran exposición por el 200 aniversario de la independencia de estos estados del Reino de España.

Foto ganadora del certamen tomada en Vigo. Jorge Lens

–Cuénteme un poco la historia de la fotografía.

–Lo curioso es que llevo dos años viajando por América con motivo de otra exposición y, sin embargo, al final el paisaje olvidado está a cien metros de mi casa. Puedes recorrer el mundo pero al final te atrapa un paisaje que tienes a cien metros de casa.

–Muestra un Vigo que no brilla tanto como las luces navideñas.

–El lugar de la foto se encuentra en la parte alta del centro comercial Vialia, donde vecinos bajamos con los perros a pasear. Es una zona un poco degradada, sin urbanizar. Encontré tirados un cuadro y otro más; eran los cuadros típicos de mueblería de pintura clásica que representa el jardín utópico: el típico paisaje de lago con patos con mucha vegetación. Estaba tirado en una zona abandonada y el contraste era brutal.

Foto tomada en Tegucigalpa. Jorge Lens

–Aparece un perro junto al cuadro fotografiado que parece haber salido del mismo y querer entrar.

–El perro es nuestro. Hice fotos de ese espacio con o sin can. El cuadro que se ve es el típico en el que aparecerían perros de caza, por eso pensé que estaría bien que apareciera uno en la foto. El can se llama Milka y fue recogido de la protectora de la Diputación de Pontevedra, en Poio. Lleva un año con nosotros y calculamos que tiene año y medio de vida. Al final, se convirtió en protagonista de la imagen. Tendríamos que darle la mitad del premio a él en juguetes.

–¿Qué supone hacerse con el primer premio de este certamen, cuya dotación es bastante importante?

–Ahora que estoy en una edad en la que la carrera profesional está cogiendo la última etapa, lo siento como un reconocimiento. Empecé en la fotografía hace 30 años, ha sido una carrera larga, así que da ánimos.

El fotoperiodismo es una escuela brutal

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–¿Sus primeros pasos en la fotografía fueron de niño?

–Desde la adolescencia comenzó a gustarme. Recuerdo una pequeña colección de postales que tenían en casa mis padres. A partir de ahí, me entró el gusto por la fotografía. Las miraba y hacía como la selección de mis postales preferidas, elección que cambiaba cada cierto tiempo, meses o años. Después mi padre compró una cámara. La cogí y me pasé un día con ella. Debía tener unos 16 o 17 años. Empecé a hacer Magisterio pero con la idea de hacer Comunicación Audiovisual. Mis padres no estaban muy convencidos. Aprobé muy bien primero pero seguía queriendo Comunicación Audiovisual, así que mis padres me dejaron ir a estudiarla a Madrid. Todos los que estaban allí querían ser directores de cine. Yo no, yo era el bicho raro que quería ser fotógrafo.

Foto de Jorge Lens en Ciudad de Guatemala. Jorge Lens

–El fotoperiodismo en prensa fue su primera etapa. Supongo que sería enriquecedor y limitante.

–Yo comento en clase, porque al final acabé dando clase en Comunicación Audiovisual, por lo que se aunó la docencia con la fotografía, que el fotoperiodismo es una escuela brutal para cualquier fotógrafo. Te obliga a resolver cualquier tipo de de situación, intentando hacerlo con mimo y cada día mejor. Es la mejor escuela que hay, pero sí que es limitante porque acaba siendo cíclico. Quieres hacer cosas nuevas y a los cinco años de empezar, metí la cabeza en la universidad, el doctorado, la tesis para cambiar de vida.

Es una pena que ese trabajo de la colección del Concello de Vigo de fotografía contemporánea no estén expuestos de manera popular

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–Usted se encuentra en Valencia, donde el IVAM acoge una de las mejores colecciones de fotografía contemporánea de España. Vigo también podría presumir de gran colección con la de la Fotobienal.

–Cuando antes hablaba de que el fotoperiodismo fue una gran escuela, me olvidé decir que otra gran escuela fue la Fotobienal de Vigo (1984-2000). Te daba la oportunidad de ver en Vigo trabajos espectaculares de fotógrafos reconocidísimos internacionalmente. Es una pena que ese trabajo de la colección del Concello de Vigo de fotografía contemporánea no estén expuestos de manera popular y se pueda visitar. Hubo un intento con el Centro Galego de Fotografía. A ver si en la siguiente legislatura se lleva a buen puerto. La colección es increíble y es una pena que no sepueda visitar. Hay material suficiente para hacer un buen museo.

–¿Qué es para usted la fotografía?

–El otro día Vari Caramés recordaba que para Cortázar “era una ventana a lo insólito”. Para mí, es un estilo de vida y una válvula de escape para muchas cosas. Cuando tienes la cámara te olvidas de los problemas. Es una manera de vivir la vida más experiencial.

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