“Una gran satisfacción y un orgullo, había muchas ganas de volver, de poder hacer esto de nuevo”, era el comentario de los pulpeiros de O Carballiño ubicados ayer en la Praza Maior de la villa, donde antes de las 20.00 horas se respiraba la nueva normalidad, y once minutos después olor a pulpo, porque ese fue el tiempo que tardaron los treinta cortadores en cumplir el reto con el que se daban cita, batir su propio récord elaborando la tapa de pulpo más grande del mundo.

Uno de los pulpeiros cortando rodajas de los tentáculos. | // BRAIS LORENZO

El resultado en cifras fue de 515 kilos sobre un plato de madera de pino de 5,37 metros de diámetro, cubierto en 11 minutos gracias a las tijeras, y sobre todo a la habilidad, de una treintena de pulpeiros que ya están entre los mejores del mundo. Pero las cifran no hablan de las emociones, “muchas ganas, nervios, mucha ilusión, es una alegría volver”, destacaban antes de ponerse a faenar cuando así lo dictaron las campanas, a las 20.00 horas, con cero segundos que perder.

Al ritmo de las gaitas y los bombos de la banda que pusieron el acento musical, el acero de las tijeras comenzó a resonar, los protagonistas convirtieron los tentáculos del cefalópodo que da fama a la villa en pequeñas rodajas que, en varios casos, esparcieron cual confeti por encima de la madera.

“Vamos, vamos, vamos, hay que darse prisa”, se gritaban entre ellos; “ahí está amontonándose, no hay necesidad, repartid bien”, continuaban las exclamaciones. “¡Dalle, Paco, dalle!”, le pedían al alcalde, Francisco Fumega, también involucrado en la colocación de las rodajas. Y manos en alto, once minutos, reto conseguido y la ovación del público como colofón final a la tarea.

En ese momento se abandonaron las tijeras y aparecieron las espumaderas, los centenares de personas comenzaron a hacer cola para lograr su reto personal, probar el pulpo de O Carbaliño y, en concreto, el de la tapa de pulpo, no solo más grande del mundo, también la de la 60 edición de la Festa do Pulpo, la primera bajo la declaración de Interés Turístico Internacional y la primera tras el parón por la pandemia. Había mucho que celebrar ayer en un espacio reducido para la gran afluencia de personas que no se lo quisieron perder. Pulpo, pan de Cea, vino de O Ribeiro y el plato conmemorativo todo por siete euros con los que hacerse con un pedazo del récord.