Cuando Dani de la Torre (Monforte de Lemos, 1975) recibió el guion de “Live is Life” creía que se habían equivocado de persona. El director, uno de los grandes especialistas en nuestro país a la hora de filmar películas (y series) de acción, como “El desconocido” o “La unidad”, se enfrentaba al reto de cambiar radicalmente de registro a través de una coming of age escrita por Albert Espinosa que partía de sus memorias infantiles en los años ochenta. Aceptó solo con una condición: trasladar la acción de Cataluña a la Ribeira Sacra en Ourense, donde él mismo había crecido y pasado las vacaciones con su pandilla.

“En aquella época, cuando salías con tus amigos a montar en bicicleta por estos parajes, parecía que vivías una aventura constante. Había una sensación de libertad, no teníamos móviles y de pronto dejabas a un lado las obligaciones, la rutina y te lanzabas a descubrir”, comenta el director durante una visita a los escenarios naturales de la película.

El paisaje de la Ribeira Sacra adquiere una importancia fundamental, entre viñedos, bosques frondosos, cascadas y la inmensidad del horizonte. Allí se perderán Rodri, Álvaro, Maza, Suso y Garriga, los jóvenes protagonistas, en un itinerario en busca de una flor mágica para curar la enfermedad de uno de ellos. Durante este trayecto, se enfrentarán a los quinquis de la zona, pasarán por los fantasmales poblados de la droga, adoptarán una bebé que se convertirá en la chica del grupo, irán a fiestas de mayores y harán una ruta de piscinas hasta llegar a su destino.

“A mí siempre me habían gustado las pelis de chavales, me crié en los ochenta con ‘Los Goonies’ y ‘Cuenta conmigo’. Así que esta película tiene algo de nostálgica, claro, pero no una nostalgia prefabricada, porque la he hecho desde el corazón. No quiero decir que cualquier tiempo pasado fuera mejor pero, por ejemplo, los actores de la película no entendían que con su edad acampáramos una noche entera fuera de casa y a los padres les pareciera bien. Ahora hay más información y, por lo tanto, más miedo a todo”.

‘Castings’ en colegios

El director estuvo durante meses haciendo castings en colegios o equipos de fútbol, quería frescura, que los protagonistas no estuvieran contaminados cuando se pusieran por primera vez delante de la cámara. Ahora, esos niños de 14 años están a punto de convertirse en mayores de edad. A algunos, como David Rodríguez (Suso) o Javier Casellas (Garriga), presentes en la visita de prensa, les ha picado el gusanillo de la interpretación y les gustaría comenzar una trayectoria profesional.

“Live is Life” se rodó durante el verano de la pandemia. En aquel momento nadie sabía qué pasaría, todo eran incertidumbres, miedos y, por supuesto, necesidad de tomar aire y respirar. Quizás por eso, la experiencia para todos resultó más especial si cabe. Para Dani de la Torre es una película que le ha dejado en paz consigo mismo, como él dice, para ver en familia, algo que a su madre, que falleció durante el camino, le hacía mucha ilusión porque, por primera vez, no había ni violencia ni tiros en una película de su hijo.