A solo una semana de que los menores de 12 años de Galicia regresen a clase, los psicólogos aseguran que es el momento de recuperar ciertas rutinas –perdidas durante las vacaciones– para evitar que la vuelta al cole se les haga cuesta arriba. Reajustar los horarios de las comidas y de irse a dormir, limitar el uso de la tablet, el ordenador o la videoconsola e implicarles en la compra del material escolar les ayuda, según los expertos, a volver a la rutina del curso. Y si se trata de un niño que empieza este año en el colegio, la clave está en familiarizarle las semanas previas con el centro y lo que allí va a hacer y “transmitir tranquilidad y confianza para que pueda gestionar el temor, la ansiedad o la inseguridad que le supone algo que para él es desconocido”, señala Begoña Castro, miembro de la sección de Psicoloxía Educativa del Colexio de Psicoloxía de Galicia.

Los niños de Infantil y Primaria regresan a clase el próximo día 9 y los de instituto lo harán el 15. Ahora es el momento de recuperar poco a poco la rutina del curso. “No se trata de anticiparse mucho, pero sí conviene que diez días o una semana antes de volver a clase se ajusten los horarios y comiencen a acostarse antes, se limite el uso de pantallas y se recuerde las responsabilidades que tienen durante el curso. Es el momento de planificar rutinas”, señala Castro, quien también ve clave para sobrellevar mejor el regreso, que los pequeños participen en el proceso de adquisición del material o la ropa necesaria para el colegio. “Ayuda que los niños se impliquen por ejemplo en la compra de la mochila, que puedan venir con nosotros y elegirla porque es una forma de ir preparando el entorno en el que estarán durante el curso”, sostiene.

Para esta psicóloga además es importante transmitir siempre una imagen positiva del colegio, pero sin desfigurar su verdadero objetivo: ser un lugar donde aprender y formarse. “Hay que evitar frases del tipo ‘ya verás cuando vayas al colegio’ porque no se puede asociar la escuela con algo negativo, con un castigo, pero tampoco asociar el colegio solo al juego. Es evidente que para los niños más pequeños es un espacio de juego y éste también está presente en cierto modo en Primaria pero tienen que tener claro que el colegio es un centro de formación y aprendizaje que es algo y esto es algo que a veces se pierde de vista”, sostiene esta psicóloga que añade: “Aunque hay que adaptarse a la edad de cada niño porque no todos tienen la misma capacidad de razonamiento, hay que intentar fomentar desde pequeños la responsabilidad individual. No es adecuado despedir al niño con ‘pásatelo bien’. Claro que se lo pasará pero es importante que sepa que va a formarse y que todos tenemos que hacer cosas que igual no nos gustan o no nos apetecen”.

La situación cambia cuando se trata de los niños de 3 años que este año acudirán por primera vez al colegio y para los que todo es novedoso. “Como ocurre con los adultos pueden tener cierto temor a lo desconocido, incluso miedo al propio edificio del colegio ya que no saben lo que hay allí y esta situación les puede generar ansiedad o inseguridad. Por ello es clave que los padres puedan transmitirle tranquilidad y seguridad y ayudarles a gestionar estas emociones”, señala Castro, quien recuerda que los niños son como esponjas y para conseguir transferir esa calma, primero los adultos tienen que saber gestionar sus propias emociones.

Otra cuestión clave en la preparación de los niños que se estrenan este curso en el colegio es familiarizarles con el centro en el que van a estudiar. “Ya sea de forma presencial viendo el entorno o si se hace alguna reunión previa para las familias en el centro o si no es posible con una visita virtual que ya ofrecen muchos colegios es bueno que se familiarice con el contexto, vea cómo es el sitio, ese nuevo espacio”, sostiene Castro.

También con los pequeños funciona el implicarles en la compra de la mochila y el mandilón y algunos expertos sostienen que les ayuda a adaptarse a los cambios el recurrir a cuentos en donde alguno de los personajes acude al colegio o cambia de centro.

Y si importante es preparar a los niños sobre cómo es el colegio, clave es también la actitud de los padres una vez que empiezan las clases, sobre todo en quienes se estrenan este curso. “Hay que ser muy puntuales tanto para la llegada, nada de ir a las carreras, como sobre todo a la hora de recogerlo. No hay nada más angustioso para un niño ver que ya salen todos sus compañeros y a que a él todavía no han venido a buscarlo”, señala Castro, quien también resalta la importancia de saber manejar adecuadamente el momento en el que el niño llora porque no quiere quedarse en el colegio. “Es algo frecuente, es la llamada ansiedad por separación, pero tenemos que abordarlo con normalidad. Los padres no pueden ponerse a llorar durante la despedida y hay que transmitirles tranquilidad y confianza en los profesores con los que se queda y explicarles las cosas pero siempre con la verdad, no contarles cualquier cosa sino decirles que después se les va a ir a buscar a la salida”, indica Castro, que recuerda que pese al sinsabor con el que se van los padres cuyos niños quedan llorando, lo habitual es que el llanto “apenas dure unos minutos”.

Consejos

Retomar rutinas. Los psicólogos aconsejan que entre diez días y una semana antes de que comiencen las clases se reajusten los horarios de las comidas o la hora de ir a dormir que se relajan durante las vacaciones. Conviene que los niños empiecen a irse antes a la cama.

Implicarles en la vuelta. Los expertos aseguran que un modo de facilitar el retorno a las aulas es que los niños, desde bien pequeños, se impliquen en la compra del material escolar, la mochila o el mandilón.

Sin distorsionar el colegio. Es importante evitar frases del tipo ‘ya verás en el cole’ porque pueden asociar la escuela a un castigo o algo negativo, pero tampoco hacerles ver que es un lugar donde únicamente van a jugar sino que deben saber que un sitio para formarse, donde tienen ciertas responsabilidades.

Qué hacer si llora. Expertos recuerdan que es normal por la separación y que no hay que darle mayor importancia porque suele durar unos minutos. Ser muy puntuales a la llegada y sobre todo a la recogida para evitarles angustia.