Los casos activos de COVID-19, el número de personas que pasan la infección, subieron ayer por primera vez desde enero, al pasar de 2.309 a 2.327. Ese incremento de 18 casos activos, al haber más contagios que altas, es el primero significativo desde el 31 de enero, cuando se registró el máximo de casos activos de toda la epidemia con 22.608. Desde entonces, la bajada solo se vio interrumpida por un mínimo repunte de 3 casos el pasado 16 de marzo.

El incremento lo lideran las áreas sanitarias de Santiago-Barbanza (+15), Vigo (+14), Lugo (+13) y Pontevedra-O Salnés (+8). Los contagios aumentaron a 133, once más que los 122 anotados la jornada anterior, si bien los domingos suelen producirse registros más bajos. De los 118 positivos confirmados por PCR en 24 horas, 35 de ellos se produjeron en el área de A Coruña y Cee; 27 en la de Vigo; 20 en la de Santiago y Barbanza, 18 en la de Lugo; 12 en la de Pontevedra y O Salnés; cuatro en la de Ferrol; y dos en la de Ourense.

Al inicio de la Semana Santa, la incidencia acumulada a 14 días en Galicia se ha reducido de 70,57 –registrado el pasado viernes en el informe del ministerio de Sanidad– a 69,09, pero ese mismo dato a 7 días, que marca la tendencia más inmediata, ha aumentado de 30,08 a 31,04.

También aumentan los ingresados en UCI, hasta 27 (uno más) y en planta, hasta 179 (cinco más).

La vacunación sigue dando buenas noticias en las residencias: ningún caso nuevo y solo quedan 15 activos en toda Galicia.

El Sergas comunicó ayer la muerte de dos hombres, ambos de 76 años, en el Chuvi y en el Chop, el 28 y el 29 de marzo, respectivamente. El total de fallecidos es de 2.336.

FDV

Galicia, una de las regiones europeas con menor incidencia. El mapa del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) muestra la buena situación de Galicia, una de las regiones de Europa con menor incidencia acumulada a 14 días, actualmente 69 casos por 100.000 habitantes, con una tasa de positividad del 2,4%, la mitad del umbral de control establecido por la OMS. Los expertos piden que las interacciones sociales se eviten en Semana Santa para seguir reduciendo la incidencia en una comunidad en la que la variante inglesa, más contagiosa, es dominante al 91%.