Galicia afronta uno de los momentos más duros por el COVID-19. En lo que va de enero se han registrado 319 fallecidos, se trata del segundo mes con más muertos registrados por COVID en la comunidad desde el inicio de la pandemia, el primero fue abril con 429 fallecidos.

El pequeño descenso en el ritmo de contagios y de la incidencia acumulada, no basta frente a una presión hospitalaria que sigue al alza con 193 pacientes ingresados en las UCI (quince más que la víspera y la cifra más alta de toda la pandemia) y 1.086 en planta.

El avance de la tercera ola tras las vacaciones navideñas se nota con mayor crudeza en las cifras de pacientes hospitalizados, 1.279 en total y, sobre todo, en las de fallecidos. Sanidad eleva el saldo mortal a 1.718 muertes desde que comenzó la pandemia.

Unos malos datos a los que se suma la notificación ayer de treinta fallecidos, si bien no se refieren a una única jornada. En las últimas veinticuatro horas se registraron 14 decesos .

Un hombre de 87 años en Santiago, procedente de la residencia San Simón de Cacheiras. En el CHUO de Ourense fallecieron tres mujeres de 89, 94 anos y 91 años; y dos hombres, uno de 58 y otros de 88. En el Hospital de Burela murió un varón de 90 años. En el HULA de Lugo, un hombre de 66, y en Ferrol una mujer de 76 , mientras que en la residencia DomusVi de Carballo falleció otra de 80 años. En A Coruña murieron un varón de 65 anos y otros dos de 93 y 81 años respectivamente. En Verín murió un hombre de 88 anos, que procedía de la residencia Santa María.

Pese a que la incidencia acumulada sigue batiendo récords jornada tras jornada, hasta situarse en 21.613 casos activos, el incremento de la misma en las últimas veinticuatro horas, de 320, ha sido el menor desde el pasado día 8, justo de vuelta de las vacaciones navideñas. A ello ha contribuido el salto cuantitativo de pacientes que recibieron el alta en las últimas 24 horas, en concreto 1.119, por los 764 del día anterior. La tasa de positividad ha bajado del 10,9% al 9,5% tras realizarse 12.749 pruebas PCR, 492 más que el martes.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, admitió ayer una “preocupación máxima” por la presión en las UCI de los centros hospitalarios del Sergas pero aún ve “capacidad de resistir” sin tener que acudir a los hospitales de campaña.

En estos momentos las áreas que más preocupan a la Xunta son las de Ourense, A Coruña y Santiago, a las que siguen Ferrol y Pontevedra. En el caso de Vigo y Lugo, con mayor capacidad de aforo, la situación es de “riesgo medio alto, pero no alto como el resto”.

Feijóo incidió en que Galicia “no tiene 20 hospitales”, sino “un hospital que está a disposición de todos”. “Y ese hospital es el conjunto de las camas de UCI y de planta del Sergas”, con lo que los pacientes podrán “ir de uno a otro en función de la necesidad”.

El presidente de la Xunta reconoce que la situación “no es fácil” ya que el Sergas está “acostumbrado a mucha menos presión por la COVID”, pero destaca que la ocupación de las UCI en Galicia es del 25% frente al 46% de media del conjunto del Estado. “Hay lugares en donde las UCI están ocupadas al 58% o al 46%, nosotros estamos en la mitad, aún tenemos capacidad para resistir”, manifestó.

De momento, explicó, “hay muy pocos desplazamientos” entre hospitales, una medida a la que el Sergas recurrirá si hay “necesidad”. “En el caso de que todo esto no se resuelva, automáticamente entraríamos en la cuarta fase, el despliegue de unidades de campaña”, manifestó el presidente, que incide en que aún no se ha llegado a esa etapa.

En su intervención, el presidente del Ejecutivo gallego, avanzó que todavía nos esperan “semanas muy difíciles” porque hay “mucha gente ingresada”. “No prevemos una disminución de las ocupaciones en UCI, si prevemos una ligerísima disminución de la positividad, es decir, de nuevos contagios”, indicó.