La Comisión Europea aprobó ayer una recomendación para impulsar la realización de test rápidos de antígenos como alternativa a las PCR para detectar casos de coronavirus, una opción que las comunidades de Madrid y Cataluña llevaban tiempo reclamando, Apenas unas horas después, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, accedía a que estos test puedan realizarse en las farmacias, aunque para ello, cada gobierno autonómico deberá presentar un plan “detallado” de cómo realizar el proceso, matizó durante el Consejo Interterritorial de Sanidad de ayer.

La CE pidió a los 27 que se pongan de acuerdo en los criterios de uso de test de antígenos porque cree que recurrir a ellos de manera “complementaria” a las PCR puede ayudar a contener la pandemia, si bien ha pedido “cautela” porque la fiabilidad de sus resultados es menor y advirtió de que debe ser el personal sanitario quien realice estas pruebas para reducir el margen de error. Se trata de una serie de recomendaciones que ofrece Bruselas –sin competencias en materia sanitaria-– a los Estados miembros para evitar la descoordinación en la gestión de la pandemia que se vivió sobre todo en los primeros meses de la propagación del virus en Europa.

El documento adoptado ayer por el Colegio de Comisarios recuerda que los resultados clínicos de los test rápidos “no son óptimos” por el momento y que existen pocos datos sobre su eficacia en pacientes asintomáticos. Con todo, el Ejecutivo comunitario cree que puede ser una medida de apoyo que ayude controlar los contagios y para evitar restricciones severas en la libertad de movimiento de los ciudadanos o tener que recurrir a medidas como el aislamiento o la cuarentena.

Así las cosas, Bruselas pide a los gobiernos de la UE que se pongan de acuerdo sobre los criterios que aplicar a los antígenos y avancen hacia el reconocimiento mutuo de los resultados de las pruebas que finalmente se realicen en cada Estado miembro. A su juicio, los test rápidos que se utilicen deben tener resultados “aceptables”, esto es con al menos un 80% de sensibilidad y 97% de especificidad, para “evitar tantos falsos negativos y falsos positivos como sea posible”.

“Las pruebas de antígenos deben ser realizados por personal sanitario formado y operarios formados cuando proceda y de acuerdo a las instrucciones de los fabricantes”, señalan las recomendaciones de Bruselas. El Ejecutivo comunitario aclara así cómo cree que se deben seleccionar estos test, cuándo son adecuados y quién debe realizarlos.