La incidencia de la mielitis transversa, la enfermedad que ha detenido el ensayo clínico en fase 3 de la vacuna contra el Covid-19 de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, es baja, ya que cada año se detectan entre 1 y 8 casos por cada millón de personas. Así lo aclara la Sociedad Española de Neurología (SEN), que señala que en España se producen entre 50 y 350 casos cada año. Es un trastorno grave y con un pronóstico variable: un tercio de los pacientes recobran la función neurológica completa o casi completamente; otro tercio desarrollará una discapacidad moderada y; en el otro tercio tendrá graves secuelas, entre las que se incluyen alteraciones en la marcha, problemas urinarios y/o intestinales o espasticidad (contracción permanente de los músculos).

La mielitis transversa, que padece uno de los participantes en la investigación, es un trastorno neurológico que se caracteriza porque los pacientes sufren una inflamación en alguna sección de la médula espinal. Puede aparecer a cualquier edad, aunque se da con mayor frecuencia en pacientes de entre 10 y 19 años, y entre los 30 y 39 años. En adultos, la localización más frecuente es la zona dorsal media, mientras que en niños es más habitual en la columna cervical. En todo caso, afecta a la información que los nervios de la médula espinal envían al resto del cuerpo .

La SEN explica que a lo largo de los últimos años "se han descrito casos, que de forma muy ocasional, han asociado temporalmente la vacunación y la aparición de una mielitis transversa, pero esta asociación temporal no demuestra causalidad. Son muy pocos los casos descritos en todo el mundo y asociados a vacunas muy diferentes".

Puede deberse a algún tipo de infección viral, bacteriana o fúngica que afecte a la médula espina -en ocasiones no es la infección la que provoca el daño directamente, sino la respuesta del sistema inmune y en este caso sería una mielitis parainfecciosa-, a ciertas enfermedades que afecten al sistema inmunitario -como lupus-, o a enfermedades que produzcan trastornos de la mielina, como la esclerosis múltiple o la neuromielitis óptica.