La flota pesquera gallega de bajura, litoral y altura inició la semana faenando con normalidad para garantizar el abastecimiento de pescado ante la crisis sanitaria del coronavirus. Los barcos se hicieron a la mar pese a la caída de precios que ya se viene notando desde la semana pasada y que ha llevado a la patronal europea del sector, Europêche (de la que forma parte la española Cepesca), a solicitar "medidas urgentes" a la Comisión Europea. "El sector ya está registrando una importante reducción de los volúmenes de pescado comercializados, además de una caída notable de los precios que, inevitablemente, llevarán al cese de las actividades pesqueras en algunas zonas", alerta. El comisario de Pesca europeo, Virginijus Sinkevicius, informó a través de sus redes sociales que asegurarán "apoyo y flexibilidad" a los pescadores, aunque sin concretar medidas.

Con controles a la tripulación y máxima vigilancia ante posibles síntomas, la flota salió ayer a trabajar "con normalidad dentro de los que cabe", explicaron desde el cerco gallego aglutinado en la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga). Lo mismo desde la cooperativa viguesa (ARVI) o los Armadores de Marín, que recordaron que "el suministro de alimentos es prioritario" y que, por el momento, "se ve el mismo movimiento" en los puertos.

Para intentar garantizar que la actividad sigue en puertos, flota y lonja, la Consellería do Mar activó un protocolo de servicios mínimos y unas recomendaciones. Así, ayer comunicó que en los puertos "se hacen necesarios los servicios básicos de vigilancia y control de las instalaciones", para lo que serán atendidos por al menos un celador guardapuertos de forma presencial para aquellas tareas que se pueden hacer de forma telemática.

En lo que respecta a las lonjas, desde la Consellería emitieron unas recomendaciones que pasan por deducir actividad presencial, restringir accesos a compradores y vendedores, se evitará la concentración excesiva de personas en cada subasta con una limitación de 50 personas y se aumentará la limpieza.

En cuanto a la flota pesquera, desde Mar explicaron que será el patrón el encargado de que no suba a bordo nadie con síntomas o que tuviese contacto con personas infectadas. Además, recomendó reducir contactos con terceras personas, incrementar la higiene a bordo y evitar que haya más de cinco personas en zonas comunes.

FEMP

Sin embargo, los precios no están acompañando al sector. Por este motivo, desde Europêche apremiaron ayer a Sinkevicius a la "modificación urgente" del artículo 33 del actual Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) "para incluir ayudas a la paralización temporal por causa de fuerza mayor". En concreto, reclamaron al responsable comunitario de Pesca que comunique, tanto a gobiernos como a la propia industria, los fondos y las ayudas financieras europeas a su disposición.

La patronal recordó que el actual FEMP no permite ayudas por paralización temporal debido a una crisis sanitaria o epidémica. De igual forma solicitaron la autorización para que los países puedan ser flexibles a la hora de reprogramar el FEMP.

Marisqueo

Una situación distinta viven en el sector marisquero, especialmente en la ría de Vigo. Ayer, las cofradías de las que dependen más de 300 embarcaciones de marisquero a flote decidieron el cierre de la ría para esta actividad tras los malos resultados de la venta de ayer. "No hay compradores", lamentaba ayer el gerente de la cofradía de Cangas, David Fernández. Ahora barajan si el cierre se extenderá solo hasta el viernes o lo hará de manera indefinida.

Con la restauración paralizada la demanda de sus productos ha caído y ya se baraja un paro en otras rías. "Tenemos que parar", indicó ayer a FARO la mariscadora y presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca (Anmupesca), Rita Míguez. De la misma opinión es María José Vales, patrona mayor de la cofradía de Vilanova. "No veo lógico que el sector salga", apuntó por su parte.

El presidente de la Federación Provincial Cofradías de Pontevedra, José Manuel Rosas, cree que "es cuestión de tiempo". "No hay quien compre", alertó, "y hay gente que queda en desamparo total".