Gracia Querejeta, hija del añorado productor Elías Querejeta, puede presumir de una carrera honestas, coherente y moderadamente original. No siempre acierta pero nunca traiciona sus principios artísticos. Y sabe adaptarse a los tiempos y a las circunstancias con notable habilidad. El título anticipa sin demasiada originalidad el mensaje a lanzar: pretende ser una aproximación a las mujeres que, a partir de cierta edad, pasan a tener el superpoder de ser Invisibles. Elsa, Julia y Amelia ponen rostro y voz a las dudas, deudas, ocupaciones y preocupaciones de la mediana edad. Querejeta las sitúa en un escenario muy teatral pero aireándolo: un parque. Allí se reúnen cada jueves las tres mujeres para pasear y ponerse al día de sus vidas. Hay lamentos, dardos envenenados, teorías más o menos elaboradas, decepción, deseos y coraje. También mentiras con destinos variados. Querejeta no se complica la vida y cede a su potente reparto (sobre todo Emma Suárez, que lleva un tiempo en estado de gracia) la responsabilidad de hacer creíble un guión solvente, aunque a veces se exceda en la palabra. Modulando bien el ánimo reivindicativo y adoptando sin miedos la autocrítica femenina en modo sarcástico, Querejeta se sirve de un planteamiento de producción modesto y de una idea argumental mínima pero bien alicatada para recuperar sensaciones y dejar claro que se ha recuperado del patinazo inexplicable de su anterior "Ola de crímenes".