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Erasmus gallegos en Italia: "Más agobiados por la familia que por lo que está pasando aquí"

Estudiantes gallegos de Eramus en Padua y Milán aseguran que el día a día es normal, aunque hay menos gente en la calle y muchas personas hacen acopio de enseres básicos

Alba Arufe, delante del Duomo de Milán. // FdV

Los gallegos que se encuentran en el norte de Italia, epicentro de la epidemia del coronavirus COVID-19 en el país trasalpino, aseguran estar tranquilos. Al menos los estudiantes de Erasmus que han decidido permanecer en el país tras la llegada del coronavirus, porque otros han regresado a España, no tanto por el temor a ser infectados sino por el miedo a quedarse aislados en sus localidades de residencia. Así lo constatan varios estudiantes gallegos, que apuntan también a la presión de las familias como detonante final de la decisión que han tomado algunos de sus compañeros.

Con las clases suspendidas hasta el próximo día 2 para evitar más contagios, Alba Arufe, estudiante de Erasmus de Lenguas Extranjeras (italiano e inglés) en Milán, aprovechaba ayer para pasear por la ciudad con sus amigos y aseguraba que la situación era nornal, aunque reconocía que se veía menos gente por las calles que otro miércoles cualquiera. "Tengo un grupo de amigos españoles aquí y estamos más agobiados por lo preocupadas que están nuestras familias allí que por lo que está pasando aquí. Mi abuela me llama constantemente para preguntarme cómo estoy", afirma esta joven de Boiro.

El corinavirus es el principal tema de conversación de los italianos estos días, aunque según Alba, la población permanece tranquila. "La gente va a trabajar como siempre, aunque sí que es verdad que se han suspendido las clases, los encuentros deportivos, el Carnaval de Venecia y cualquier acto que suponga aglomeración de gente, pero esto no creo que sea un motivo para entrar en pánico. Es una medida sensata para prevenir más casos", dice.

Alba no le tiene más miedo al COVID-19 que a la gripe común. "Es cierto que es un virus muy contagioso, pero su mortalidad es como la de la gripe, y los fallecidos son personas mayores que tenían otras enfermedade graves. Las personas sanas que lo han contraído se han curado. Lo que pasa es que solo se cuentan los muertos", afirma.

Reconoce que hay productos de primera necesidad que estos días desaparecen rápidamente de las estanterías del supermecado, aunque niega que haya desabastecimiento. "La gente está comprando más por si acaso y hay productos que se agotan, pero se reponen sin problema al día siguiente", añade.

Esto mismo sucede en Padua. "La gente está un poco preocupada, sí, pero la vida es normal, aunque en los supermercados se ve más gente de lo normal comprando, supongo que por temor", explica Antón Rey, pontevedrés con una beca Erasmus de Farmacia en esta ciudad de la región del Véneto.

Las universidades italianas han enviado a los estudiantes unas directrices para evitar el contagio, entre estas, extremar la higiene. Y en el caso de las residencias de estudiantes, no se permite la entrada de personas ajenas a estas. También las mascarillas son cada vez más habituales en las calles, aunque no las usa todo el mundo. "Tampoco las puedes comprar porque están agotadas", añade. Él no tiene ni ha pensando en comprarse una.

"Es más efectivo desinfectarse las manos que la mascarilla", afirma. Tampoco ha pensado en volver ni su familia se lo ha planteado. Como tampoco lo hará, al menos de momento, Carlos Nogueira, que acabó el domingo en el hospital de Roma tras visitar Padua y el Carnaval de Venecia. No niega que sintió alivio cuando dio negativo, aunque asegura estar tranquilo. "En Perugia, donde yo estoy, no ha habido aún ningún caso", comenta.

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