En el taller de Montserrat en Vigo, la semana antes del puente de la Constitución este año fue un hervidero de cajones de madera repletos de'masa' de turrón. Ejecutando y dirigiendo las maniobras, Bea de Labra y Roi Sobrino; este último de la estirpe de propietarios de El Molino, Las Colonias y la propia Montserrat, su padre fue quien la fundó a finales de los años 60.

Este año, al igual que el anterior, en su oferta de turrones y otras delicatessen navideñas y de todo el año, se sitúan productos para veganos y para personas con intolerancia al gluten. "Hay que adaptarse a un nuevo mercado. Los intolerantes a la lactosa o al huevo también pueden comer el turrón vegano. En tienda, siempre tenemos algo vegano, sin gluten? ", explica De Labra.

Así, este año, para veganos habrá turrón de cacahuete salado y de chocolate blanco vegano con quinoa, por ejemplo, e incluso está pensando en uno de licor café.

Tanto estos como los no veganos y con gluten guardan una característica común: "El proceso de elaboración es el artesanal de toda la vida. Es una fórmula secreta que no se puede decir", añade con una sonrisa Roi Sobrino.

En la segunda semana de diciembre sacaron los primeros turrones de estas fiestas, los de mazapán. "Tienen que secar mucho tiempo en la nevera y fuera, por eso se empieza antes. Se hacen barras grandes y se venden al peso. Hay que cocinar la almendra, utilizar la trituradora, dejarla descansar un día, refinarla de nuevo. El turrón de Cádiz es el especial, se hace un pez muy grande con mazapán, cabello de ángel, coco y yema. Es la bomba de aquí. En una semana vuela. Pesa 60 kilos y a lo mejor en tres días ya se agota", explican Bea y Roi.

El precio depende del peso del turrón, se pueden encontrar sabores de 24 a 37 euros el kilo. Es decir, una barrita de 300 gramos puede costar entre 7,2 y 11,1 euros.