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Pacientes pediátricos gallegos, primeros del mundo en probar medicinas-golosina en 3D

El doctor en Tecnología Farmacéutica gallego Álvaro Goyanes, codirector de la firma que hizo el ensayo para una enfermedad rara: "Abre múltiples posiblidades terapéuticas"

Goyanes, con la impresora 3D que elabora 'comprimidos golosina', fáciles de tragar y masticables.

Un grupo de pacientes pediátricos del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago acaba de convertirse en el primero del mundo que se medica con medicinas personalizadas a través de impresión 3D en un hospital. Concretamente, con fármacos en forma de golosinas, en cuya creación ha influido el doctor en Tecnología Farmacéutica gallego Álvaro Goyanes. Como cofundador y director de Desarrollo de "FabRx", una compañía británica fundada por expertos de la University College of London, el joven lugués ha participado en este revolucionario método para elaborar medicamentos-gominola con una impresión en 3D que se desarrolló en el CHUS.

Los autores testaron esta tecnología farmacéutica en una enfermedad rara de la orina -un trastorno metabólico con una prevalencia mundial de 1 de cada 185.000 nacimientos-, pero de por vida y que contaba con un grupo de menores a tratamiento en Galicia. "La dosis administrada a los pacientes requiere una adaptación estricta de acuerdo con la edad, el peso y los niveles sanguíneos", detallan los investigadores en el estudio. El handicap era que en la práctica clínica actual, los profesionales preparaban formulaciones tradicionales debido a la falta de tratamientos orales. Es decir, actualmente no existen técnicas eficientes de fabricación farmacéutica para preparar esas terapias personalizadas. Y el estudio también comparó la efectividad de ambas.

"El estudio abre muchas posibilidades terapéuticas y demuestra que la impresión 3D podría implantarse en hospitales en el futuro. Estoy muy contento de que se haya hecho en Galicia", valoró ayer a FARO tras la publicación del ensayo realizado en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago en la revista International Journal of Pharmaceutics. El artículo cita la participación de las doctoras Paula Sánchez-Pintos y María-Luz Couce, del Servicio de Neonatología -unidad de diagnóstico y tratamiento de enfermedades metabólicas congénitas- y al Departamento de Farmacología, Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la USC, así como al IDIS. Y el estudio es el resultado de una colaboración con investigadores del University College London (UCL).

Los autores hablan del éxito el primer estudio clínico en humanos del mundo utilizando su tecnología patentada "PrintletsTM": es decir que la impresión 3D ha demostrado ser una tecnología de fabricación efectiva para producir impresiones de isoleucina masticables como tratamiento para esa patología rara y con buena aceptabilidad. "Fueron bien aceptadas por los pacientes en cuanto a sabor y color", concluyeron.

Precisamente, una de las aplicaciones potenciales de esta tecnología estaría relacionada con las enfermedades raras que carecen de medicamentos en el mercado y cuyos tratamientos se preparan de forma manual en los hospitales. "Las oportunidades que ofrece esta tecnología son muy variadas y estamos intentando explorarlas", subraya Goyanes.

Menos de un tercio de las medicinas tienen una forma apropiada para los niños y, en los países desarrollados, la mitad de la población infantil debe tomar fármacos que no han sido aprobados para ellos. La impresión 3D supondría un cambio de paradigma. "Los padres no necesitarían calcular la dosis en función del peso o la edad. Y además los medicamentos tendrían el sabor, el color y la forma preferidos por el niño", destaca Goyanes.

Pero las ventajas no solo se aprecian en el sesgo infantil: "El hecho de que los imprimidos sean masticables evitaría el inconveniente de tragar grandes cápsulas o comprimidos. Además permitiría reducir su número, facilitando el seguimiento del tratamiento". Los autores agradecieron la experiencia del Departamento de Farmacia y del Laboratorio de metabólica del Hospital Clínico Universitario de Santiago, además de la empresa Magic Candy Factory por el soporte técnico.

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