Un estudio de la Universidad de Oxford demuestra que no existe un 'efecto Nemo': las películas sobre animales aumentan la conciencia ambiental y no el daño por una mayor demanda de especies. Los resultados publicados en la revista 'Ambio' muestran que los vínculos entre la demanda del consumidor de vida salvaje y películas de gran éxito como 'Buscando a Nemo' o su secuela 'Buscando a Dory' son en gran medida infundados.

Sus resultados sugieren que la exposición a estas películas no aumenta la demanda de animales vivos, peces tropicales en este caso, sino que puede generar un comportamiento de búsqueda de información. Los investigadores analizaron datos sobre patrones de búsqueda en línea, desde la plataforma Google Trends, datos de compra de peces de un importante importador estadounidense de peces ornamentales y datos de visitas de 20 acuarios en los Estados Unidos.

Sus resultados muestran que, contrariamente a las narrativas populares, al centrarse en especies menos conocidas, las películas sobre animales pueden llamar la atención sobre especies que normalmente no recibirían atención, iluminando la diversidad animal y las amenazas ambientales que son de interés social. Los científicos dicen que es difícil determinar exactamente cómo se originaron los informes del "efecto Nemo", aunque mencionan varios artículos de prensa en el Reino Unido, Estados Unidos y Australia, publicados tras el lanzamiento de la película.