Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Adiós, muñeca

Los sufridos aficionados al género de terror se conforman con poco a la hora de dar por válida una propuesta. Dos o tres sustos bien dados y ya pueden considerar que no han perdido el tiempo. "Annabelle vuelve a casa" los tiene. No es que sean originales, pero no avisan de su llegada a poco que conozcas el librillo e, incluso, hay uno brillante en el que un cambio de luces va desvelando gradualmente la evolución del fantasma de turno. Y otro casi al principio que recuerda a "Los otros" y eriza el vello lo suficiente para entrar en la situación de lleno.

Luego, y es una sorpresa agradable, Gary Dauberman se toma su tiempo para ir creando una atmósfera amenazante en la que se opta por una escenografía claustrofóbica en la se van poniendo las trampas de turno a la protagonistas, adolescentes con distintos problemas y que, menos mal, no son tan bobaliconas como suele ser habitual en este tipo de productos. Salvo la presencia de un patoso Romeo encandilado por una de las chicas y que cumple las veces de personaje semicómico, los personajes tienen un mínimo de credibilidad que consigue algo básico: que al espectador le importe lo que les pueda pasar. Lástima que, al final, la mesura deje paso a excesos de truculencia obvia que asquean más que atemorizan. Con todo, una aceptable ocasión de tener escalofríos no solo por el aire acondicionado a tope.

Compartir el artículo

stats