La capital pontevedresa y localidades como Gondomar o Porriño, vivieron ayer la fiesta de su patrona San Benito, uno de los santos "más milagreiros" de Galicia.

En Gondomar fueron numerosas personas las que acudieron a la misa mayor y a la procesión. Cientos de fieles acudieron "ofrecidos" con la esperanza de que se curaran sus verrugas y otras enfermedades de la piel.

En Porriño, la subasta típica de uvas cambió de ganador después de décadas acabando una misma familia. El porriñés Toni "Cachelo" pujó hasta los 500 euros para hacerse por los dos racimos, uno blanco y otro tinto, que lució la imagen de San Benito durante las misas y la procesión.

"Era una promesa que tenía con mi padre, ahora fallecido. Él siempre me paraba en la subasta para que no siguiese pujando por ellas y, este año, quería conseguirlas para llevárselas al cementerio y cumplir mi promesa", explicó Toni, quien le había pedido a su principal competidora en la subasta, y ganadora de ella durante años, "que me las dejase aunque solo fuese un año". Ella, María José Giráldez, aceptó su ruego después de que su familia se las llevase durante casi cuatro décadas siguiendo una tradición que había mantenido su marido, también fallecido.

En la capital del Lerez, fueron cientos de personas los que mojaron sus verrugas con aceite en el que flotan las velas para conseguir el favor del santo, uno de los festejados en toda la comunidad gallega.