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Caos por las fuertes lluvias y el granizo en Ourense y La evaluación del desastre

La tormenta en Valdeorras y Monterrei deja desolación y una factura millonaria

- El Concello de Monterrei declarará hoy zona de emergencia para optar a las ayudas - Infesta, epicéntro de la catástrofe, amaneció intransitable por la broza

El conselleiro de Medio Rural visita la "zona cero" | El conselleiro de Medio Rural, José González (2º dcha.), visitó Infesta, una de las principales zonas afectadas debido a que los efectos de la tromba barrieron las áreas de cultivo. González recordó la importancia de contratar seguros, de hecho el departamento que dirige dedicó este año cinco millones a ayudas para ellos.

Las comarcas de Monterrei y Valdeorras intentan recuperarse del desastre provocado por las fuertes tormentas, granizadas y trombas de agua que en apenas media hora durante la tarde del martes sembraron un auténtico caos en localidades como Infesta, Albarellos, Vilaza y Guimarei (Monterrei) y en los concellos de Cualedro, O Barco de Valdeorras, O Bolo y Rubiá.

El recuento de los daños, tanto en inmuebles como en viñedos y cultivos de huerta, están por concretar pero son elevados y, en el caso de Monterrei, los destrozos provocados por la tromba de agua han afectado a infraestructuras básicas como el alumbrado, el saneamiento y la red viaria. El alcalde, José Luis Suárez, anunció ayer que declarará la zona de emergencia para poder optar a las ayudas destinadas a paliar los daños. El regidor, que describió el escenario tras la tormenta como "dantesco", ha convocado un pleno que se celebrará hoy a las 13.30 horas.

De momento, los trabajos se centran en limpiar y recuperar la normalidad, pero la estampa tras el temporal augura una factura millonaria. Todo el miedo que se vivió durante la tarde y la noche del martes dejó paso ayer a la desolación. La jornada del miércoles amaneció despejada pero una nube de tristeza e impotencia se extendía por las aldeas afectadas, cubiertas de lodo y broza. Huertas y viñedos han sufrido la peor parte pero todavía es prematuro hacer una valoración económica. El conselleiro de Medio Rural, José González, visitó por la tarde las dos comarcas para conocer de primera mano los daños e indicó que los técnicos de las oficinas agrarias comarcales se han trasladado a los lugares afectados para identificar y evaluar los destrozos ocasionados por las tormentas y el granizo.

En el caso concreto de los viticultores, el conselleiro destacó que se ha establecido contacto con los consejos reguladores de Valdeorras y Monterrei para hacer una evaluación conjunta. Por el momento, y a la espera de una estimación "más rigurosa", desde el organismo de Valdeorras elevan a un 20% "como máximo" la afección al viñedo en O Bolo y Rubiá.

En Monterrei la granizada ha supuesto "un palo" para el sector pues se esperaba una "cosecha muy buena". La bodega Crego e Monaguillo, una de las más importantes de esta DO, sufrió daños importantes en los viñedos y en la bodega de A Salgueira, que se inundó con la tromba de agua. El consejo regulador de esta zona realiza estudios de campo para ofrecer una estimación "lo más real posible", ya que en algunas zonas la riada arrancó las cepas por completo. La primera evaluación ofrecida por el sindicato Unións Agrarias eleva a un total de 300 hectáreas la superficie de viñedo afectado.

La catástrofe ha provocado reacciones también en los grupos políticos. El PSOE urge ayudas directas, créditos preferentes y reducción de la carga tributaria para los agricultores afectados. El BNG insta a la Xunta y Estado a activar "todos los mecanismos posibles para paliar la situación de emergencia en Monterrei".

Zona cero

El pueblo de Infesta, en Monterrei, se ha convertido en la zona cero de la catástrofe. La tromba de agua cayó con tal fuerza en este pueblo que provocó arrastres de piedra y maleza que barrieron las calles de la aldea. El derrumbe de un alpendre en la parte alta del pueblo agravó todavía más el desastre y repartió tabiques, aperos de labranza y escombro calles abajo. También las gallinas salieron despedidas con la riada que derribó el portón y atravesó la construcción vaciándola casi por completo. Solo se salvó un carro.

"Mires a donde mires, esto parece Siria". Así intenta describir Avelino Blanco la estampa a uno de los muchos parientes y amigos que llevan toda la mañana llamando por teléfono. La acumulación de tierra, broza y piedras es tal que las calles están intransitables.

Los operarios del taller de empleo Támega V han aparcado la formación en albañilería y jardinería que estaban recibiendo y se han unido a las brigadas del Concello de Monterrei y de la Diputación para colaborar en la limpieza del terreno. Cierres de bloque y alambradas levantadas por los vecinos para cercar al jabalí, muros, contenedores... Nada ha quedado en su sitio. El tractor de Avelino acabó en el río Rubín, el mismo que se desbordó y cortó el acceso a Infesta a Bomberos y Guardia Civil. El agente Carlos Teijeiro, del cuartel de A Gudiña, asegura que cuando llegaron a las 20.00 horas había tal corriente de agua que no se veía la carretera. "Era un río, hasta que bajó no pudieron pasaron los bomberos para rescatar a un matrimonio que estaba atrapado en un galpón", señala.

Este mismo agente participó después en el rescate de varias personas en Albarellos.

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