Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid concluye que la soledad no deseada es un factor de riesgo para desarrollar demencia.Los investigadores han llegado a esta conclusión tras analizar los datos de más de 20.000 personas recogidos en más de 2.500 artículos, y subrayan la importancia de diseñar intervenciones psicológicas o sociales que podrían servir para prevenir o retrasar la aparición de la demencia.

El estudio, que publica la revista "Ageing Research Reviews", se ha centrado en identificar factores de riesgo que pudieran ser modificables y que pudieran ayudar a prevenir o a retrasar la aparición de esta enfermedad, como consecuencia del envejecimiento de la población y a las estimaciones acerca del aumento de personas con demencia en las próximas décadas. Los investigadores han comprobado que uno de esos factores podría ser la soledad no deseada, la cual se ha relacionado ya anteriormente con el empeoramiento general del estado de salud, con la depresión e incluso con la mortalidad prematura.

La investigadora Elvira Lara subraya la trascendencia de estas conclusiones ante el progresivo envejecimiento de la población mundial y el previsible aumento de los casos de demencia, una enfermedad para la que no existe en la actualidad ningún tratamiento efectivo. Lara advierte de los riesgos de salud que están asociados a esa "desconexión social", y precisa que el estudio demuestra que el riesgo de desarrollar una demencia entre las personas que se sienten solas contra su voluntad es comparable a otros factores, como la inactividad física o la diabetes.

La investigadora, que insiste en la importancia de "no patologizar" la soledad, augura un aumento de la demencia como consecuencia del envejecimiento de la población, y advierte de la trascendencia que puede tener en países donde la longevidad es mayor, como España.