Un estudio publicado ayer en la revista 'PLOS ONE' apunta que los íberos prehistóricos crearon "ámbar de imitación" mediante el revestimiento repetido de núcleos de cuentas con resinas de árboles. Muchos estudios han confirmado la importancia ornamental y simbólica del ámbar para los pueblos prehistóricos europeos. Este estudio es el primero en discutir las posibles perlas prehistóricas de ámbar de imitación realizadas mediante la aplicación de recubrimientos de resina repetidos sobre un núcleo de cuentas.

Los autores obtuvieron cuentas de dos sitios prehistóricos en España: dos de una tumba de la cueva en el sitio de La Molina en Sevilla, que data del III milenio aC; y cuatro de un sitio de entierro en Cova del Gegant, cerca de Barcelona, que data del II milenio aC.

Mediante el uso de espectroscopia infrarroja, una sonda de microscopio electrónico, difracción de rayos X y espectroscopia, los autores estudiaron la composición química y la estructura de los seis núcleos de cuentas y recubrimientos.

Las perlas de la Cova del Gegant tenían un núcleo de concha de molusco, cubierto por un recubrimiento de varias capas formado por resinas de árboles, muy probablemente de pino. Las perlas se cubrieron con un depósito blanco que contenía calcio, que probablemente precipitó el enterramiento posterior del tejido óseo de individuos enterrados.

Las cuentas de La Molina también estaban compuestas por un núcleo cubierto por una resina similar al ámbar, así como por dos capas superiores de cinabrio y calcita que probablemente cubrían las cuentas después del entierro.

Los autores especulan con que estas tecnologías de recubrimiento se utilizaron para imitar la translucidez, el brillo y el color del ámbar, durante este periodo raro y solicitado.