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Las cuevas gallegas, un tesoro oculto

Galicia acoge varias de las grutas graníticas más grandes de Europa

Las cuevas gallegas, un tesoro oculto

"El valor científico y espeleológico de algunas cuevas gallegas es enorme". El geólogo y miembro del Club de Espeleoloxía Maúxo Juan Vidal Romaní, discípulo de Isidro Parga Pondal, lo defiende así para aclarar que la explotación turística solo podría realizarse en contadísimos casos y siempre para "un turismo especializado con buenas condiciones físicas", dada la accesibilidad de las grutas.

Romaní recalca que "en Galicia existe una variedad de cuevas que no hay en España. Aquí tenemos cuevas en granito, calizas, marinas... En Asturias, por ejemplo, solo tienen calizas".

Es más, las cuevas de O Folón y A Trapa, situadas en la Serra do Galiñeiro -a caballo entre Vigo, Gondomar, O Porriño, Mos y Tui- figuran entre las cuevas graníticas europeas de mayores dimensiones.De estas dos, la de A Trapa sería la más idónea y bonita para ser visitable turísticamente, aunque solo en una parte del recorrido, según el geólogo, catedrático de la Universidade de A Coruña.

A día de hoy, la única cueva gallega visitable es la del Rei Cintolo, en Mondoñedo, mediante guía y en temporada de primavera-verano previa reserva.Se trata de la cavidad en caliza más grande de la comunidad.

Otras grutas interesantes apuntadas por Romaní se encuentran en A Liña da Lastra (Ourense) y O Courel. No obstante, la de Eirós (en Samos, Lugo) es muy conocida por su yacimiento paleontológico.

No obstante, las de Arcoia, Tara y Paleira en O Courel han servido, a través de las estalagmitas, para definir "la cronología del cambio climático del último medio millón de años", destacó Romaní, científico que ha intervenido en los principales hallazgos espeleológicos de la comunidad.

De estos, así como del estudio de la Cova Chan do Lindeiro -también en O Courel-, habló este fin de semana en Vigo en unas jornadas organizadas por la Escola Galega de Espeleoloxía, en las que también participaron la doctora en Biología Aurora Grandal y Marcos Vaqueiro Rodríguez, de la directiva de la FGE (Federación Galega de Espeleoloxía).

En las cuevas gallegas lo que más abunda son restos del oso de las cavernas, extinguido hace 15.000 o 20.000 años, aunque también se ha localizado fauna como ciervos, vacas, caballos, el león de las cavernas, hienas y rinocerontes.

Los restos humanos son los menos abundantes, ya que solo han aparecido en dos sitios, hasta ahora: Chan do Lindeiro y Eirós. En Eirós, aparecen restos humanos más recientes, de hace 4.500 años; mientras que en Lindeiro se halló un esqueleto de hace 10.000 años. Se trata de Elba, la primera mujer antigua de Galicia encontrada.

"Normalmente, entendemos las cuevas como espacios cerrados bajo la tierra pero, a veces, con el tiempo, se va infiltrando el agua y caen los techos de las cuevas formando pozos verticales como si fuesen minas. En invierno, estos pozos verticales que aparecen con mucha frecuencia en O Courel, se cubren de nieve. Alguien que no conozca la zona puede ir andando, pisar y caer en el pozo. Ahora, la gente tiene más cuidado, pero hace 10.000 años esta mujer, Elba, de entre 20 y 40 años, iba con tres animales de una especie antigua de toros que se llamaban uros. Los cuatro cayeron por la cueva de entre 15 y 20 metros de profundidad", detalla Romaní.

El equipo multidisciplinar que participó en el estudio de los huesos encontrados y analizados durante diez años, de 2006 a 2016, calcularon que Elba tenía entre 20 y 40 años de edad y era una pastora con una vida muy dura de la montaña. Medía 1,50 metros y tenía una alimentación muy precaria, además de ser intolerante a la lactosa.

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