El 81 por ciento de los niños alérgicos en riesgo de anafilaxia (reacción alérgica grave en todo el cuerpo a un químico) tiene dificultades para acceder al tratamiento que les puede salvar la vida en caso de reacción alérgica grave, la adrenalina autoinyectable, según denuncia la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

Esta situación, que es la principal conclusión de un encuesta realizada a alergólogos pediatras, comenzó finales de 2017 cuando los laboratorios ALK cesaron la comercialización del autoinyector 'JEXT' 300 mcgr debido a una falta de acuerdo sobre su precio con el Ministerio de Sanidad.

Desde entonces, afirma la sociedad médica, "y a pesar de la comercialización del fármaco por parte de otras empresas farmacéuticas", el abastecimiento "no resulta suficiente", lo que, advierten, "está ocasionando problemas graves para los pacientes pediátricos y sus familias, incluso para sus médicos".

En España la adrenalina autoinyectable se adquiere con receta médica, que proporcionará el pediatra alergólogo al paciente. "Es aconsejable disponer de 2 autoinyectores de adrenalina que siempre deberán estar en donde se encuentre el niño", afirma el doctor Juan Carlos Juliá.