El científico chino He Jiankui, que modificó el ADN de embriones humanos para gestar dos bebés inmunes el virus del sida, sentirá el peso punitivo de su gobierno, en un experimento científico sin precedentes y que ha suscitado el rechazo unánime de la comunidad científica internacional. China anunció ayer que "castigará" firmemente a los responsables de un caso que "viola las leyes y regulaciones" del país así como los "principios éticos".

El director adjunto de la Comisión Nacional de Salud de China, Zeng Yixin, señaló en una entrevista a la Televisión Central de China (CCTV) que "están investigando el caso" y que "se castigará resueltamente a los infractores". "La investigación y aplicación científicas deben ser más responsables y deben seguir normas éticas y técnicas", manifestó Zeng.

El viceministro de Ciencia y Tecnología chino, Xu Nanping, declaró ayer que su cartera hará frente al experimento y anunció que se han frenado todas las actividades de investigación relacionadas. "Va en contra de la ley y la ética. Es inaceptable", afirmó. Huai Jinpeng, secretario del partido de la Asociación China de Ciencia y Tecnología, dijo que su organismo dará "todo su apoyo" a la investigación.

El investigador Wang Haoyi, de la Academia de Ciencias de China, condenó también el experimento, al asegurar que el caso ha "alterado gravemente" las bases de la investigación científica y dañado la reputación de China en este campo. "No nos representa. Ni siquiera lo llamaría científico. Es una persona despiadada que sabe muy poco de ciencia y que hizo un experimento muy irresponsable en un ser humano", opinó Wang. "Primero hay que confirmar todo lo que ha dicho. Y debemos proteger la privacidad de los bebés, pero seguirles de cerca para asegurarnos de que puedan tener una vida normal y saludable", añadió.

El científico chino He Jiankui, que el lunes aseguró haber creado los primeros bebés genéticamente modificados del mundo, anteayer justificó su experimento y se mostró "orgulloso" por el uso de la técnica de edición genética CRISPR/Cas9 en dos gemelas para "dar a las niñas la habilidad natural" para resistir a una posible futura infección del VIH.