"Tenemos que asumir que solo somos humanos y que no podemos con todo, y no empeñarnos en ser supermaridos, supermujeres, superpadres... A veces iremos a cien y otras solo a 20, pero no pasa nada". Este es uno de los principios de la conducta wabi sabi con los que ayer obsequió el psicólogo Tomás Navarro a la audiencia que llenó el Club FARO, donde presentó su nueva obra, "Wabi sabi. Aprender a aceptar la imperfección" (Zenith), un libro de psicología en el que desmitifica conceptos como la felicidad y la perfección, que no son reales y que contribuyen a frustar a la persona. Durante su intervención, el psicólogo fue desgranando los principios de la conducta wabi sabi, extraída de esta tendencia estética japonesa del mismo nombre y que parte de que nada es perfecto ni eterno.

"Es mejor tener una vida imperfecta y estimulante que una vida perfecta pero aburrida", sentenció Navarro, quien aseguró que la vida real no es aquella que subimos a las redes sociales. "La vida real es incompleta, imperfecta e impermanente. ¿Cuáles son las dos mayores empresas del mundo aparte de las tecnológicas? Son farmacéuticas que luchan contra el paso del tiempo, son la patente del bótox y la patente del viagra. ¿Por qué? Porque nos empeñamos en ser perfectos y en no envejecer y, claro, sufrimos un montón", aseguró. Según el conferenciante, lo que propone la conducta wabi sabi es ver la belleza de la imperfección y no considerar más bella la mano de un niño que la de un anciano.

Según el wabi sabi, hay que aprender a apreciar nuevas formas de belleza. "Somos esclavos del perfil griego de belleza, según el cual todo tiene que ser simétrico. Sin embargo, a mí me parece tremendamente bella la tripa de una mujer que ha dado la vida o las manos de un abuelo, con toda la sabiduría que tienen", aseguró.

El ponente explicó que el wabi sabi es, en definitiva, el arte de poner cada cosa en su contexto. "Lo contrario de lo que solemos hacer en muchas ocasiones", advirtió el psicólogo, quien aseguró que es importante dar el significado adecuado a lo que nos sucede y para ello, es indispensable ponerlo en contexto.

Incidió también en la importancia que tiene la actitud que se adopte ante las diferentes situaciones. "La actitud son las gafas de sol con las que damos significado a lo que nos sucede y elegimos la respuesta. Las personas que son capaces de poner las cosas en contexto suelen ser más calmadas y suelen ver la realidad tal y como es", dijo el ponente, quien abogó por aprender a tolerar la imperfección propia y ajena. "Uno no puede tirarse toda la vida deprimido porque su padre ha muerto. Si esto pasa es que algo hemos hecho mal los padres", dijo porque otra de las realidades es que nada dura eternamente. "Tenemos que aprender a aceptar la pérdida", insistió.

Navarro fue ilustrando cada una de las máximas wabi sabi con distintos ejemplos en una conferencia discernida, que arrancó la sonrisa y la risa a un público que no siguió y disfrutó de la exposición. Cumplió así otro de los principios de esta filosofía: disfrutar de los pequeños momentos del día al día: un café recién hecho, una ducha, un paseo. "El problema es que la mayoría nos duchamos con el trabajo", afirmó.

También advirtió del lastre que supone vivir con culpa. "Hay que vivir ligeros. Pensad en las cosas con las que cargáis y veréis como no hemos hecho nada tan dramático. Hay que descargar dramas. Tenemos que querernos un poco más a nosotros mismos porque si no nos queremos ni respetamos nosotros, tampoco lo harán los demás", advirtió.

Asimismo, hay que aprender a identificar las presiones y a gestionarlas. Hay que saber decir "no", así como a vivir sin culpa. "La culpa es una emoción secundaria muy mala porque si hacemos algo mal creemos que hemos causado daño a alguien. Incluso hay personas que creen que son las culpables de todos los males del mundo. Y no. A veces nos equivocamos, sí, pero no pasa nada", comentó.

Respecto a los errores, añadió que cada uno ha de cometer los suyos propios. "No tienes que ser médico porque tu padre y tu abuelo lo fueran o porque sea lo que quieren tus padres que seas", expresó el autor de "Wasi sabi. Aprender a aceptar la imperfección".

Ajustar las expectativas es otro principio wabi sabi para evitar la frustración. "Ajustar las expectativas no se trata de conformismo, de aguantarse con lo que uno tiene, sino de aceptar la realidad. Y la aceptación es la base para ajustar las expectativas y la mejor manera es siendo explorador y no experto", ejemplificó.