La fiesta del codillo de Mos, que ayer llegó a su 21 edición, dejó a un importante número de comensales con las ganas. A las 14.30 horas se habían agotado las raciones y muchas de las personas que acudieron para vivir esa experiencia gastronómica tuvieron que dar la vuelta. "Llegamos para comer y ya no hay, con la ganas que traíamos", explicaba uno de los asistentes que no pudo echarle el diente al plato.

Los más previsores llegaron a tiempo y a las 13.00 horas la carpa era un hervidero de gente, todos degustando el típico plato de codillo al horno con arroz. Unas 5.000 personas disfrutando de un evento que se ha hecho un hueco entre las fiestas gastronómicas de Galicia.

Antes intervino Andrés Giráldez, pregonero de la fiesta. Este ponteareno vecino adoptivo de Mos es uno de los titiriteros más populares de Galicia, componente de la compañía Tanxarina y actor en televisión. Su pregón fue humor puro hablando del codillo y de la tradición de pregoneros de esta fiesta; su cuñada Uxia fue la primera.

Por 10 euros, los comensales degustaron una receta de codillo de cerdo al horno, compuesta por dos partes de codillo con arroz blanco y guisantes, acompañado de una salsa con un toque picante y servido todo en un plato de porcelana con tenedor y cuchillo metálicos, paño de mesa, pan y vaso de vino o botellín de agua. Se usaron 2.500 kilos de codillo, 500 de arroz, 150 de guisantes, pimiento, cebolla, ajo, 5.000 bollos de pan, y 2.000 botellas de vino.