"¿Cuántas emociones creéis que hay? ¿Diez? ¿Sesenta? Hay más de 300!". Así empezó el taller para docentes Belén Piñeiro, maestra de Educación Infantil especializada en el aprendizaje de las emociones. La alfabetización emocional es la base de la que parte esta joven de Vigo, desde hace unos años afincada en Barcelona. "Consiste en ponerle nombre a lo que nos pasa", expresó ante más de 50 docentes que tomaban notas de sus recomendaciones. "Mañana (por hoy) serán 500 en este taller", indica la docente, sorprendida por el número de profesores apuntados para su charla de hoy.

Insiste Piñeiro, máster en Neuropsicología y Educación y protagonista de la web maestraconcorazon.com, que el primer paso para trabajar las emociones en el aula es explorar y reconocer las propias. "Es muy difícil trabajar las emociones con los niños si no sabemos lo que nos pasa a nosotros", advirtió la experta.

¿Y como recetas? Un montón de pautas para trabajar las emociones para los propios docentes (también como padres y madres) y para los niños en el aula. "Dediquemos un momento a final del día a analizar qué emociones hemos tenido a lo largo de la jornada. Qué emociones que nos llevaron a qué pensamientos asociados, la causa, la intensidad, la duración y una reflexión. En silencio. Al principio nos saldrán un montón de sensaciones negativas pero poco a poco aprendemos a analizarlas y a disfrutar también de las positivas", explicó Piñeiro, y añadió: "¡ojo!, si vemos que llevamos diez días sin experimentar alegría o calma hay que revisar por qué". ¿Y para el aula? "¿Conocéis el semáforo? En rojo el alumno detecta una emoción; en amarillo se para a ver qué puede hacer y en verde actúa. Para ello recomiendo crear un rincón de la paz, que no sea tipo la silla de pensar (con connotación negativa), ellos tienen que verlo como una herramienta para utilizarlo", expresa Piñeiro. "Cuando están a punto de perder el control, les sugerimos con mucho amor si quieren ir al rincón de la paz o de la calma. Si quieren ir solos o los acompañamos. Se tapan con la manta e intentan entender sus emociones. El primer día alucinan pero después ya lo hacen ellos, cuando están con una actividad y ven que no avanzan, se paran y van al rincón. Luego continúan", cuenta Belén.

La experta habló también de autoestima. ¿Cómo potenciar la autoestima de los pequeños y pequeñas? "Escuchando! Motivando!", se escuchó entre los asistentes. "Sí, por ejemplo, pero es clave darles responsabilidades y objetivos. Que se vean capaces y que lo sean. Que intenten ser lo más autónomos posible. Cuando ya saben calzarse, colgar el abrigo o ir solos al baño no tiene sentido que vengan los padres y se lo hagan ellos. Hay que dejarles que lo hagan solos", indicó la maestra, que añadió, por otra parte, que es importante ponerles límites, "porque la vida está llena de límites y normas".

¿Por qué nos cuesta tanto gestionar las emociones? "Porque a nosotros no nos enseñaron nunca. Hace unos años yo explicaba que me estaba formando con Elsa Punset y poca gente sabía de qué o de quién hablaba. Ahora es distinto. Hace falta un cambio en la educación", comenta Belén.