La 'banda sonora' de los astilleros de Cardama y Freire cambió ayer el sonido metálico y las chispas de soldadura por las melodías de raíz brasileña de Castello Branco y las notas clásicas de Bach de la pianista María del Mar Blanco. Las gradas de las dos factorías protagonizaron dos conciertos simultáneos de carácter intimista y un barco fue el inusual telón de fondo de las actuaciones, que dieron el cierre de la cita otoñal del Sinsal. La entradas ya se habían agotado tres días después de ponerlas a la venta.

La música transportando a espacios inéditos. El festival llevaba por subtítulo "Dos días. Historia. Transmisión. Mar" y trataba, de poner la gente en relación con el mundo marítimo y la historia de Vigo. En ese sentido, la organización lo consideró un éxito.

"Percibimos mucha curiosidad en los espectadores por conocer estos espacios; y llevar a este ambiente la música forma parte de la filosofía de divulgar el patrimonio -en este caso, el industrial- y de descubrirlo de una manera distinta", reconocía una persona del Sinsal.

"Fue un éxito, con cerca de mil personas que pasaron por el Museo do Mar la jornada del sábado y doscientas en los dos astilleros, Cardama y Freire", destacaron. También, que los responsables de dichas firmas navales facilitaron mucho la organización: "No nos lo pudieron poner más fácil, se mostraron colaborativos y encantados de formar parte de nuestro proyecto". Con la zona bien acotada, el acceso al concierto y el público fue ejemplar -habida cuenta de que en los recintos industriales hay que respetar unas normas-.

A las 12.30 horas, con el sol proyectándose sobre la ría de Vigo, arrancaron los directos. Castello Branco, uno de los mayores talentos de su generación en Brasil llegó a Vigo con la lección bien aprendida en la música tradicional brasileña y acercando la dosis adecuada de curiosidad y espiritualidad. El grupo, que sorprendió con su disco de debut, " Serviço", regresa con "Síntoma" -que sigue la estela de su anterior trabajo y que lo convierte ya en una realidad dentro de la nueva escena en su país-. Dicen los entendidos que Castello Blanco no disimula sus raíces, pero sabe vestirlas de manera adecuada para no sonar a algo reconocible. Hay mucha belleza en sus composiciones, muchos pequeños detalles en cada rincón que convierten sus canciones en instantes llenos de felicidad y nostalgia.

A esa misma hora, la pianista María del Mar Blanco Moreno (Madrid, 1981) interpretaba las "variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach" en colaboración con la Orquesta Clásica de Vigo. La profesora de clave en el Conservatorio Superior de Música de Vigo compagina la docencia con la actividad concertística -tanto al piano como en el clave-. Comenzó a los 11 años de manera autodidacta pero cuenta con un extenso currículo de títulos superiores.