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Oda en cirílico a Celso Varela

Un libro editado en Volgogrado recoge seis obras del pintor pontevedrés junto con otras de artistas como Tápies, a las que el poeta Victor Perniakov dedica sus versos

A la izquierda, una de las páginas del libro. A la derecha, "A. en el estudio", otra pintura incluida en la obra.

Este verano, Celso Varela recibió en su casa un regalo inesperado, un libro en cuya portada pone "Viktor iv. Perniakov. Museum Permitage". Lo primero que se preguntó el artista pontevedrés al ver el remite era a qué Victor conocía él en Volgogrado (antigua Stalingrado), ciudad donde no ha estado nunca. La duda quedó resuelta en cuanto fue pasando las páginas y se encontró con la primera reproducción de una de sus obras, así como otras de las de Antoni Tàpies y de Emilio Vedova, pintor y grabador italiano fallecido en 2006. Entonces se acordó del músico ruso al que hace diez años regaló el catálogo de su exposición "30 años de pintura".

"Conocí a un trompetista de Rusia que vino a Pontevedra a tocar y un día le di uno de mis catálogos. Me dijo que se lo iba a regalar a un amigo suyo al que le gustaba la pintura y le dije que me parecía muy bien. Unos meses más tarde, ese amigo suyo [Viktor Perniakov] me escribió una carta en un castellano muy malo en la que me decía que había escrito dos poemas inspirados en dos de mis obras y que le gustaría incluirlas en un libro que estaba preparando el instituto donde trabajaba", recuerda.

Efectivamente, en la carta manuscrita, que data de marzo de 2008, Perniakov, profesor en el instituto de las Artes y la Cultura de Volgogrado (un centro de estudios superiores que imparte música y alberga la facultad de Pintura y Diseño) muestra su admiración por los cuadros de Varela (Portas, Pontevedra, 1952), le explica el proyecto y le solicita información más detallada de algunas obras, que ahora forman parte de esta publicación. "En el álbum, que quiero llamar 'La galería Permitage' (mi apellido es Permiakov) podremos leer cerca de 80 versos y ver 80 obras inmortales, entre las cuales quisiera tener la oportunidad de presentar las suyas, querido maestro", decía en su escrito el poeta y profesor ruso.

A esta carta le siguieron una serie de emails. En uno de ellos, Permiakov escribía: "He decidido mostrar todo eso [en referencia al material que le envió Varela para que preparase el libro] a Vladislav Koval, pintor surrealista de la ciudad. A él le gustó mucho tu pintura. Hemos bebido vino chileno por tu salud". En otro, define los trazos de Varela como "líneas magmáticas" y vuelve a confesar su atracción por sus cuadros. Tras un tiempo intercambiando correos durante ese año, la comunicación cesó y con el paso del tiempo, el pintor de Portas se olvidó del libro. Hasta que, diez años después, le llegó el libro.

Cada obra está acompañada de una breve ficha con el título, técnica y dimensiones y al pie, el poema. En total, el libro incluye seis obras de Varela: "La crucifixión", "Elisa", "A. en el estudio", "Mi pueblo", "Iglesia con tormenta" y "Mi hija María", cada uno con su poema.

Esta no es la primera vez que los trazos de este pintor inspiran un poema. El poeta Manuel Álvarez Torneiro, Premio Nacional de Poesía 2013, ya dedicó un poema a su pintura con motivo de la exposición que organizó en el Instituto Cervantes de Roma en 2014. Se titulaba "Se ha parado la luz en las tablas de Celso". Pero sí es la primera vez que están escritos en alfabeto cirílico.

"Yo soy un tipo de aldea, a quien le sorprende y enorgullece que su obra inspire a un poeta de Volgogrado", reconoce el artista.

Además, los paisajes de Varela han despertado el interés de Perniakov por Galicia y en concreto por Pontevedra, hasta tal punto que programa un viaje a la comunidad para conocer los parajes que inspiran los óleos y pasteles del pintor pontevedrés.

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