La ministra israelí de Cultura y Deportes, Miri Reguev, insistió en que Eurovisión se debe celebrar en Jerusalén y, si no, deberá tener lugar fuera de Israel, después de que el país ganase la última edición de la mano de Netta Barzilai y su tema Toy. "Recomendaré al Gobierno que, si Eurovisión no se puede celebrar en Jerusalén, no seamos los anfitriones", dijo la ministra en una entrevista recogida ayer por el "Jerusalem Post", en la que agregó: "La Unión de Radiodifusión Europea (EBU) no puede decidir dónde Israel celebrará Eurovisión".

Las palabras de Reguev se producen días después de que la selección argentina cancelase un amistoso con la israelí previsto para el sábado, tras el cambio de ubicación de Haifa a Jerusalén, y la presión recibida por grupos de boicot y amenazas a los jugadores y sus familiares.

El concurso musical europeo "cuesta a Israel 50 millones de shékels (unos 12 millones de euros). Está diseñado para hacer publicidad del país. Es un show musical bello que trae aquí a todos los países. Personalmente, creo que, si no es en Jerusalén, sería un error invertir esos fondos públicos. Jerusalén es la capital del Estado de Israel y no debemos avergonzarnos de ello", declaró Reguev.

Pese a que Jerusalén ha sido designada por Israel como su capital, el mundo no reconoce como tal la ciudad, cuya parte oriental está ocupada a los palestinos desde 1967.