España es el país de la Unión Europea con peores indicadores de natalidad y nupcialidad, factores que la están convirtiendo en "una sociedad al borde del suicidio demográfico y social". Esa es la conclusión del Instituto de Política Familiar (IPF) que ayer presentó el informe de Evolución de la Familia en Europa 2018, realizado a partir de datos procedentes de diferentes organismos internacionales y nacionales. Los datos desvelan, además, que es el país donde más ha crecido la ruptura familiar, que afecta a seis de cada diez matrimonios.

El presidente del IPF, Eduardo Hertfelder, aseveró que la situación "es crítica" y exigió al nuevo Gobierno que "no mire hacia otro lado y afronte y resuelva de una manera decidida esta problemática". La entidad, que basa su actividad en la promoción y defensa de la institución familiar, propone para ello la creación de un Ministerio de la Familia, la elaboración de un plan nacional de natalidad, la convergencia con Europa en el porcentaje del PIB (2,4%) destinado a la familia y el aumento de prestación por hijo a cargo hasta la media europea, de 100 euros al mes.

El informe desglosa la evolución demográfica y la de la natalidad, aborda familia y conciliación laboral, la evolución de las políticas familiares y las propuestas del IPF para "resolver las necesidadesde las familias".

Entre los aspectos más destacados está el desplome de la nupcialidad en la UE, donde solo Suecia presenta un ligero crecimiento. Esto incide en que cuatro de cada diez niños (el 42,5%) nacen fuera del matrimonio, un porcentaje que en España alcanza el 45,9 por ciento.

Pese a la caída de los enlaces, aumentan las rupturas, con un millón de divorcios al año en Europa, siendo España el país donde más ha crecido este índice en los últimos 35 años, con 75.098 divorcios y separaciones desde 1980. Así, se producen seis rupturas por cada diez casamientos. En cuanto al tiempo, cuatro de cada diez se rompen antes de los diez años y uno de cada siete no llega a los cinco.

También destaca el informe la baja natalidad, con España e Italia a la cola en este índice (1,34 hijos por mujer). En Europa la media está en 1,6 que mantiene al continente alejado del nivel de reemplazo generacional (2,1) y de la media mundial (2,45 en 2015) a pesar del leve repunte debido a la inmigración.

También las españolas son las que tienen hijos más tarde, a los 32 años y solo las superan las irlandesas, que son madres a los 32,1 años. Desde 1980 se ha retrasado la edad media de maternidad en 3,5 años, pasando de ser de 27,1 a los 30,6 de media en Europa. Según el estudio, las consecuencias de la baja natalidad serán una reducción de la población, un suicidio demográfico, la disminución de trabajadores y el riesgo de quiebra de las prestaciones sociales y del Estado de Bienestar.

La evolución de los hogares es otro de los aspectos que aborda el estudio, que resalta el decrecimiento constante de las personas que viven en hogares hasta los 2,3 miembros en la actualidad de media en la UE, donde ninguno de los 28 países que la integran alcanza una media de 3 personas por hogar. "Europa se está convirtiendo en una sociedad de solitarios", donde uno de cada tres hogares es unipersonal, subraya el informe.