Tras el espejismo primaveral que supuso la jornada del jueves, ayer la inestabilidad regresó a Galicia y se prevé que se quede durante todo el fin de semana y buena parte de la próxima semana.

La llegada de una nueva borrasca ayer desde el Atlántico dejó ayer fuertes vientos en el litoral, con rechas de más de 80 kilómetros por hora que activaron el aviso amariño en A Mariña y A Coruña y que alcanzaron los 101 km/hora en Vimianzo o los 91,3 en Cuntis y Cedeira. En cuanto a las precipitaciones, en las primeras horas de ayer se acumularon cantidades significativas principalmente en localidades de la provincia de A Coruña como Lousame (34 litros por metro cuadrado), Santa Comba (27,3), Rois (24,8) o Boiro (24,3).

La previsión meteorológica no cambia este sábado, con aviso amarillo en todo el litoral gallego por olas de 4 a 5 metros de altura. Además, se prevén chubascos que serán más probables en el oeste por la mañana y en el este por la tarde, ocasionalmente acompañados de granizo y aparato eléctrico. A medida que avance el día se espera la apertura de grandes claros aunque persistirán las lluvias. La jornada, caracterizada por la entrada de aire frío en las capas altas de la atmósfera, bajará las temperaturas mínimas mientras que las máximas continuarán sin cambios o con ligeros ascensos. Habrá viento de sur con intervalos fuertes, girando a oeste en el litoral por la tarde y tendiendo a amainar.

El resto de la península no será ajena a este nuevo episodio húmedo y frío que dejará inestabilidad, abundantes lluvias y un acusado descenso de las temperaturas de hasta cinco grados por debajo de los valores normales durante, al menos, los próximos siete días que incluirán nieve en zonas de montaña de la mitad norte peninsular, sobre todo durante el domingo. En total, once provincias están en alerta este sábado por viento, lluvia, oleaje o deshielos.

Así lo aseveró la portavoz de la Agencia Estatal de Metereología, Delia Gutiérrez, que apuntó que los modelos de predicción apuntan de manera "muy clara y contundente" a que el mal tiempo se prolongará durante al menos una semana y añadió que la inestabilidad podría incluso abarcar más días.

Fin a la sequía

Tras meses de lluvias persistentes, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y la Oficina Técnica de la Sequía propusieron ayer la vuelta a la situación de normalidad y abandonar la situación de prealerta de los últimos meses. El responsable de la demarcación Miño-Sil, Francisco Marín, explicó que gracias a un marzo muy lluvioso los embalses se encuentran a un "81 por ciento de capacidad" y que los caudales circulantes están ya al "doble" de la media tras una precipitación acumulada en los primeros seis meses del año hidrológico "mayor que la media de los últimos 30 años".

Para Marín, lo ocurrido este año viene a evidenciar "los efectos del cambio climático" lo que hace necesario "modificar los protocolos", tras este año que destaca por "su irregularidad" al combinar "meses secos" con otros donde "cae el diluvio universal". También avanzó que abril volverá a ser "lluvioso" y mayo, "normal", según las previsiones e hizo hincapié en la necesidad de "invertir en conocimiento" a fin de que las Administraciones y organismos estén "mejor preparados para este tipo de situaciones" tras un año atípico.