Un equipo internacional de investigadores ha descubierto, gracias a observaciones del telescopio espacial Hubble, la estrella más lejana jamás observada, que apareció unos 4.400 millones de años después del Big Bang. Los investigadores, entre los que hay españoles, han bautizado a la estrella con el nombre de Icarus. Se encuentra a 9.000 millones de años luz de la Tierra, en una galaxia muy alejada detrás del cúmulo de galaxias MACS J1149-2223.

En abril de 2016, los astrónomos realizaban observaciones con el telescopio Hubble de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la agencia espacial estadounidense NASA para detectar la aparición de la explosión de la supernova Refsdal, cuando "una inesperada" fuente de luz se iluminó en la misma galaxia.

"A través del análisis y de la comparación de los datos captados previamente por Hubble, hemos determinado que esta nueva fuente de luz es una estrella que está situada en la misma galaxia que la supernova Refsdal", explica José Diego, científico del Instituto de Física de Cantabria, centro mixto del CSIC y la Universidad de Cantabria.

Tanto la supernova como la luz de esta estrella estaban aumentadas, haciéndolas visibles para el telescopio espacial, informa el CSIC, que señala que el hallazgo ha sido posible por el efecto lente gravitacional, que amplifica la luz producida en objetos muy alejados.

Este efecto se produce por un cúmulo de galaxias -con una masa 1.000 veces la masa del Sol- que amplifica la luz que se produce en objetos muy alejados y alineados justo detrás del cúmulo; funciona como lo haría una lente.