Ourense entero respira ya carnaval y sus municipios más señeros en cuanto a máscaras y comparsas se refiere ejercen ya de reclamo para los turistas y visitantes más aficionados a estas ancestrales celebraciones.

El Entroido ourensano calentó ayer motores en la provincia, a pocos días del arranque oficial del calendario festivo y originó ya el lleno en muchos lugares de vecinos y visitantes.

Las pantallas hicieron su primera salida inaugural en la concurrida Plaza Mayor de Xinzo de Limia, donde se concentraron cientos de participantes con sus características máscaras para realizar sus no menos peculiares saltos y danzas por las calles de la villa y "amenazar" de paso a los viandantes con las ancestrales vejigas de cerdo infladas.

También se celebró un mutitudinario Domingo Corredoiro en la localidad de Verín, con el consiguiente pregón y desfile de los reyes de la fiesta: los cigarróns.

Por su parte, en Pobra de Trives las calles bailaron al ritmo de los folións. En el municipio de Vilardevós, los chocalleiros -una máscara recuperada hace dos años después de caer casi cuatro décadas en el olvido- se ocuparon de "bautizar" con sus varas rematadas en un sucio harapo a los vecinos más repeinados.

La explosión festiva

La explosión festiva también se vivió, aunque en menor medida, en la capital de As Burgas, con la salida de Paquita y Nicanor, dos personajes del Entroido del núcleo de Seixalbo.

Del mismo modo, en el barrio de As Eiroás, volaron las vasijas de barro, dentro del llamado Domingo Oleiro de la Festa da Pita.

Son todavía las vísperas de los días grandes del Entroido, pero los personajes más característicos del mismo ya entraron de lleno ayer en el imaginario colectivo ourensano desde los cuatro puntos cardinales de la provincia.

El Entroido más largo del mundo, el de Xinzo de Limia, que comenzó el 20 de enero con el "petardazo" y no rematará hasta el 18 de febrero con el denominado Domingo de Piñata, recibió a sus principales estrellas invitadas, las pantallas, que se concentraron a mediodía de ayer en la Plaza Mayor para participar en el Domingo Corredoiro. El triángulo ancestral del Entroido ourensano, formado por Laza, Verín y Xinzo, se reedita con inusitada fuerza.