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Actuación en el Auditorio Municipal

La danza del diablo de Korrontzi

El grupo vasco, destacado de la lista mundial de Músicas del Mundo, invita al baile en Vigo

Agus Barandiaran, uno de los cuatro músicos de Korrontzi.

"Mi abuelo era un gran fanático de la trikitixa (acordeón diatónico vasco, famoso por Kepa Junkera) pero no la tocaba. Yo no lo conocí porque murió antes de nacer yo. Él era pastor de ovejas y, en los años 30, cambió unas ovejas por una trikitixa. Intentó tocarla pero nunca aprendió. Yo quería tocarlo desde niño y, a los 13 años, me llevaron a una persona anciana que tenía 80. Era Rufino Arriola. Él me introdujo en las primeras notas. Me enseñaba de oído porque, de aquella, no había partituras. Regentaba un bar donde atendía la barra, El Rufino. Allí, aprendí", explica Agus Barandiaran, el trikitilari de la banda que mañana actúa en el Auditorio Municipal de Vigo, a partir de las 20.30 horas con el gaitero gallego Óscar Ibáñez como invitado.

En total, en el escenario, actuarán los cuatro músicos de la agrupación, cuatro bailarinas y el músico gallego mostrando la interpretación contemporánea que realizan de la tradición sonora vasca. El fin primordial es tocar los temas del último álbum de los vascos, Korrontzi Dantzan, que es, ante todo, un convite a bailar.

"Este nuevo disco es un resumen de todas las danzas que se han hecho sobre nuestra música", explica Barandiaran, quien añade que conoció a Ibáñez coincidiendo con él en ferias como la Womex de Santiago hasta que un día el gallego acudió al País Vasco a impartir unos talleres. Allí, quedó con Agus con quien trabaría una amistad. Mañana, en Vigo, le devolverán el agradecimiento invitándolo a tocar con ellos media docena de temas.

En dos ocasiones, Korrontzi -que ha llegado a puestos destacados de la lista mundial de World Music durante sus trece años de vida- ha grabado con músicas gallegas: exactamente con Susana Seivane y Faltriqueira (surgiendo la conexión con estas últimas tras coincidir en un festival en Alemania). Es, además, una banda que conoce templos folk gallegos como los festivales de Ortigueira (donde tocaron con Budiño en 2009), Pardiñas, el Intercéltico de Moaña o la Carballeira de Zas.

Agus Barandiaran, en esta entrevista con FARO, recuerda la primera vez que cogió en sus manos una trikitixa. "Fue en el año 1988 con Rufino Arriola. Nos costó 30.000 pesetas. Hoy en día, cuesta más de 3.000 euros. Él me vendió la primera trikitixa que tenía polilla y llenaba todo de polvo. Empecé a tocar copiando sus notas", rememora.

También recuerda que la "primera lección" de Arriola fue el rebautizo del acordeón diatónico vasco como "el instrumento del infierno. Decía que se podía tocar de muchas maneras y transmitir emociones muy diferentes, pero él lo entendía como un instrumento alegre que tenía que incitar al baile. Por eso, yo siempre he entendido la música de Korrontzi como música para bailar".

El músico vasco reconoce que hacer música tradicional no es fácil: "Cuando cantas en euskera y haces música tradicional, no todas las puertas se abren".

Preguntado por sus objetivos como banda, respuesta raudo y claro: "Nuestra labor ha sido que la gente joven se introduzca en la música tradicional, que no la vea solo como un instrumento para un pasacalles. ¿Por qué no una trikitixa o txalaparta pueden tener el escenario principal de cualquier fiesta de Euskadi? Nosotros queremos dignificar el instrumento y la música tradicional".

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