Dos estudios publicados esta misma semana en sendas revistas médicas de proyección internacional parecen arrojar luz sobre la dislexia, una dificultad del aprendizaje que, con una incidencia entre el 10 y el 15%, podría afectar a cinco millones de adultos y 800.000 niños en España, la mayoría de ellos sin diagnosticar, según la Asociación Dislexia Galicia (AGADIS). Esta dificultad específica dificulta la comprensión lectura, la ortografía, la escritura y, algunas veces, el habla e incluso la psicomotricidad.
Un estudio liderado por el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián apunta a la posible detección de esta dificultad antes de que el niño desarrolle la capacidad lectora, esto, es, antes de los seis años. Los investigadores vascos afirman haber demostrado la relación entre la capacidad auditiva del niño y su habilidad para aprender a leer, un hallazgo que podría abrir una nueva vía para detectar precozmente el riesgo de dislexia y ayudar a desarrollar programas de entrenamiento tempranos para paliar las limitaciones en la lectura, la ortografía, la escritura y, en ocasiones, el habla, que provoca este trastorno cognitivo de origen neurológico.
En esta investigación, que publica la revista "Frontiers in Psychology", participaron 40 niños de segundo y quinto de Primaria, que fueron expuestos a una pseudopalabra (una palabra inventada y sin significado), que tuvieron que repetir oralmente tras ser preguntados por ella. La prueba experimental determinó que dicha palabra se comprendía mejor cuando iba precedida de frases elaboradas únicamente con información prosódica, es decir, aquellas en las que la única información eran los ritmos y las entonaciones y que no incluían fonema alguno.
El otro estudio, que publica "Proceedings of the Royal Society B", es de un grupo de investigadores de la Universidad de Rennes (Francia) y afirma que la dislexia tiene una causa anatómica, tratable, que estaría localizada en unas minúsculas células receptoras de luz en los ojos. Según los científicos franceses, entre las personas que no están afectadas por esta disfunción visual que afecta a la lectura, estos receptores no tienen la misma forma en ambos ojos: son asimétricos. Cuando el sujeto ve una imagen, el cerebro elige la señal enviada por el ojo dominante para recrearla, ya que el ser humano tiene uno que prima sobre el otro. En cambio, entre los disléxicos, esta zona es simétrica en ambos ojos.
La Asociación Dislexia Galicia (AGADIS) acoge con cautela los resultados de ambas investigaciones. "La dislexia no es una enfermedad, y, por tanto, no tiene cura ni tratamiento médico. Es cierto que uno de los mayores problemas de la dislexia es que se diagnistica muy tarde, y a veces, simplemente, ni se tiene diagnóstico, pero antes de los seis años no se puede decir que la un niño tiene dislexia porque a esa edad reconocen las letras, pero no tienen capacidad lectora", opina Ester López Carbajales, presidenta de la Asociación Dislexia Galicia (AGADIS) y médica de familia, Ester López Carbajales, madre de dos niños con dislexia, uno de 11 y otro de 9 años.
Precisamente el diagnóstico tardío provocó que el mayor repitiera curso. "Mis hijos tienen la comprensión lectora de un niño de 6 o 7 años. No entienden lo que leen, por lo que les cuesta mucho más estudiar. Sin embargo, su nivel de conocimiento es igual que el de sus compañeros. Con un refuerzo, habría aprobado como sus amigos", afirma.
Según López, detrás de muchos casos de fracaso escolar subyace un problema de dislexia sin identificar. "Está muy infradiagnosticada y el problema de esto es que no se toman las medidas académicas oportunas para que el niño pueda llevar el ritmo adecuado de aprendizaje", se lamenta la presidenta de Agadis.
