En solo una hora, entre las seis y las siete de la tarde, la tormenta se cebó con la capital gallega. En ese intervalo, los servicios de emergencias de Santiago contabilizaron al menos una veintena de incidencias relacionadas con la tormenta, incluidas notificaciones de alertas de inundaciones en viviendas o en bajos comerciales. El mismo Concello de Santiago resumió la situación en un tuit en el que quedaba constancia de cómo la tormenta dejó 9,1 litros por metro cuadrado en diez minutos, a las 18.00 horas, y un total de 21 litros por metro cuadrado en una hora con "309 rayos en 30 minutos".

Pero el más afectado fue el tráfico. Las intensas lluvias y la tormenta eléctrica provocaron averías en la red de semáforos de la zona norte de la ciudad, confirmadas por el ayuntamiento, que intentaron subsanar los técnicos, e inundaron las calles, en las que se registraron incluso vehículos bloqueados. Algunos conductores admitieron sentirse "impresionados" cuando encontraron en zonas de la ciudad calles convertidas en "un auténtico río".

Una de las zonas más damnificadas (aunque no la única) fue el polígono del Tambre, la zona industrial de la ciudad, donde varios coches quedaron bloqueados por las inundaciones tanto en la vía Edison (que hubo que cortar, según informó el Concello de Santiago.