La obsesión por la imagen "irreal" de uno mismo que proyectan las redes sociales y, sobre todo, por lo que los demás opinan de ésta, es el origen de uno de los últimos 'ciberproblemas'.
Ya se conocen en el ámbito de la Psicología como "patologías asociadas al uso de internet" y aglutinan una serie de "obsesiones descontroladas" y "compulsiones" basadas en el placer y en el control de una realidad -la imagen de uno mismo-. Esa es la última "paranoia" de la que alertan expertos consultados, favorecida por redes sociales basadas en compartir imágenes y que conduce a un desinterés hacia la interacción real y en muchos casos, "a una huida de la realidad".
Según la versión del psicólogo López Vallejo "se adentran en estos medios y poco a poco se van creando un mundo ficticio y más fácil de gestionar que el real, buscando un placer y satisfacción que no les aporta su propio mundo real".
Haz click para ampliar el gráfico
El problema se va haciendo mayor a medida que dedican más tiempo a esta interacción -que compensa las carencias de la vida cotidiana- y buscando la aceptación con tuits, fotos, juegos o publicaciones en Facebook. "Se crean una tendencia de vida en relación a lo que gusta a los demás", aseguran. Uno de los nuevos problemas es la falta de naturalidad en la imagen que se transmite con continuos filtros y retoques en las fotos que se publican con una tendencia a publicar un estereotipo de uno mismo que logre un "me gusta" o un comentario adulador.
¿Cuál es el sistema de pensamientos y acciones que alimentan el problema? Para López Vallejo existen tres grupos. Primero estaría el sistema de control: la tendencia a controlar lo que se publica hasta conseguir un objetivo, llegando incluso a pasarse horas retocando fotos antes de la publicación definitiva. También el sistema de evitación: esas personas también evitan presentar públicamente algún defecto que tienen y para ello se pueden valer de retocar la imagen... Y el sistema de huida, que ocurre cuando los 'followers' no son los esperados o la aceptación de esos seguidores no es la esperada. Puede aparecer "ansiedad que lleva incluso a ataques de pánico", añaden.
"La adicción u obsesión atrapa cuando la persona abandona sus obligaciones para dedicar todo el tiempo que tienen a internet y si no puede hacerlo, vive los síntomas de abstinencia que los lleva a un estado de angustia y una ansiedad que le hace malhumorado, irritable...", añaden fuentes consultadas. "El problema en sí puede ser muy variado, pero con una causa común: son personas que sufren de trastornos psicológicos y de comportamiento que se deben tratar, ya que pueden llegar a convertirse en ansiosos, inseguros, introvertidos, con miedo al rechazo y la desaprobación social, desarrollando una personalidad con baja autoestima", concluye López Vallejo.
"Habitualmente es la familia la que solicita la ayuda, ya que los afectados niegan la existencia del problema". La intervención consiste en transformar el mecanismo de placer, anulando el ritual adictivo e interviniendo sobre las dificultades personales y de relación que han facilitado esa dependencia. "Es un tratamiento con gran éxito; el problema se supera aunque cada vez más gente sufre esta patología", explican.
